(primera parte)
Jesús Rito García
Pensó: 900 pesos = 100 botellas de whisky = 900 idem de tequila.
Ergolis: No debía de beber uno ni tequila ni whisky, sino mezcal.
Malcolm Lowry
Bajo el volcán
De algunos años a la fecha el mezcal se ha vuelto una bebida de moda, muy popular, que hasta las chicas lo beben y les gusta. (Menciono “las chicas”, porque siempre se ha dicho que las bebidas fuertes, como es el caso del mezcal, no eran del agrado de las mujeres, pero ahora, es todo lo contrario; les encanta) Además que hay tantos tipos de mezcales, que ya ni sabemos cuál es “del bueno”.
Pero eso sí, todos son artesanales y del pueblo. Si no tiene marca y te lo dan en una garrafa de plástico, de esas de cinco litros, de colores, es mucho mejor. Es lo que dicen.
Mi experiencia con el mezcal ha sido bastante ruda y en ocasiones satisfactoria. De “chamaco”, cuántas veces no perdí la conciencia al beber más de cinco copas de mezcal. (procuro que ya no pase tan seguido, al mezcal se le debe tener mucho respeto) Y también cuántas fiestas no he disfrutado en demasía, gracias a esta bebida “tradicional” de Oaxaca y de algunos partes de nuestro país.
Aunque es muy lamentable, pero desde que el mezcal es más famoso y lo sirven en todos los bares de la Condesa en el DF y en otras partes del mundo, y su demanda va en aumento, se están acabando con los magueyes silvestres, que son los tipos de mezcales con mayor demanda. Aún no existe una regulación para esto y los pueblos no tienen conciencia de lo que está pasando, porque están vendiendo mucho más y por el momento eso es lo que les interesa.
El problema principal es que es que si vamos a seguir consumiendo mezcales de magueyes endémicos no habrá forma de recuperarlos y se extinguirán para siempre, luego entonces, tenemos que procurar que se hagan estudios y formas para cultivarlos de manera sustentable. Pero siguen habiendo problemas, como dice el Manual de manejo campesino de magueyes mezcaleros silvestre, estudio publicado por diferentes instituciones y donde ustedes pueden ver más detalles del uso y manejo de magueyes silvestres:
“En consecuencia, uno de los mayores problemas para conservar los magueyes mezcaleros silvestres que se reproducen sólo por semilla, es que las plantas que se aprovechan no alcanzan a florecer y por lo tanto no dejan descendencia. Esto significa que si no se respetan plantas semilleras en cantidades suficientes para mantener a las poblaciones de maguey, éstas disminuirán poco a poco, hasta desaparecer por completo. Así ha sucedido ya en comunidades de diversas regiones de México. Es indispensable tomar medidas para hacer un manejo sustentable del maguey, y procurar que no se acabe ni una de sus especies ni se agote este recurso en ninguna comunidad.” http://www.rainforest-alliance.org/kleinhans/documents/parte_2.pdf
Luego entonces, tiene que haber un estricto cuidado y regulación del manejo de estos magueyes, ya que si se sigue produciendo de la misma forma, dentro de poco tiempo dejaremos de encontrarlos por el campo y en consecuencia, se dejarán de producir este tipo de mezcales.
Explicado de otra de otra manera, para saber cómo se reproducen los magueyes, el Manual de manejo campesino… dice lo siguiente:
“Una planta de maguey produce flores una sola vez en su vida. Después de muchos años de crecimiento y maduración, del centro de la roseta brota una impresionante y larga inflorescencia, conocida en Guerrero como quiote y calehual, en la que se desarrollan primero las flores y después los frutos, con numerosas semillas. Esta inflorescencia, formada con agua y nutrientes que la planta deja de ocupar en las hojas y el tallo, en algunas especies puede alcanzar hasta cinco metros en pocos meses. Después de la dispersión de las semillas, la planta muere. A las plantas que tienen descendencia sólo una vez los científicos les llaman semélparas.”