El ombudsman oaxaqueño manifestó que la desigualdad entre hombres y mujeres en las comunidades rurales del estado se manifiesta de múltiples formas, entre ellas, en las actividades que son asignadas a uno y otro sexo, así como en la valoración social de las mismas.
De igual forma, en muchas de estas regiones, comentó, las estructuras genéricas son más dirigidas, tienen una fuerte división sexual del trabajo y la desigualdad en la distribución del poder es bastante notoria, además de que se invisibiliza el reconocimiento social de las actividades que ellas desempeñan.
En tal sentido, dijo que es una obligación de las diferentes instancias del Estado promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer en las zonas rurales como parte del respeto a los derechos fundamentales de ellas.
Comentó que de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, las mujeres rurales en la mayor parte del mundo en desarrollo participan en la producción de cultivos y el cuidado del ganado, proporcionan alimentos, agua y combustible para sus familias y participan en actividades no agrícolas para diversificar los medios de subsistencia de sus familias. Además, llevan a cabo las funciones vitales en el cuidado de las niñas, niños, ancianos y enfermos.
No obstante, agregó, se enfrentan a las desigualdades en el acceso a los servicios sociales, por lo que pidió que es necesario atender este tema, con el fin de garantizar sus derechos.
El primer Día Internacional de las Mujeres Rurales, se celebró el 15 de octubre de 2008. Este día fue establecido por la Asamblea General de la ONU en su resolución 62/136, el 18 de diciembre de 2007, para reconocer la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural.
