Frente al Proceso Electoral de 2018
* La paridad no se trata solo de un 50-50, no es una dádiva; es un derecho exigible, es tema de una sociedad igualitaria
* La violencia política en contra de las mujeres no se puede soslayar ni minimizar; urge eliminar ese lastre para consolidar la calidad del sistema democrático
Ciudad de México.- Senadoras de la República advirtieron que en la víspera del Proceso Electoral de 2018 se vislumbra la amenaza de la simulación mediante la figura de las “juanitas” en el otorgamiento de candidaturas, por lo que se requiere ampliar el principio de paridad reconocido por la Constitución, no sólo en la integración de candidaturas al Congreso de la Unión y los congresos locales, sino para el tercer orden de gobierno.
En el seminario-taller “Ruta al 2018: Paridad de Género y Metodología de Bloques”, la senadora Pilar Ortega Martínez reconoció que las mujeres han avanzado de manera sustancial en la conquista de sus derechos político-electorales, pero en temas como el de la paridad “vislumbramos la amenaza de la simulación, a través de figuras como las juanitas”, cuando se trata de otorgar candidaturas, sobre todo, en los ámbitos local y municipal.
La presidenta de la Comisión de Justicia dijo que otro riesgo es la violencia política, cuando hay más espacios garantizados para que más mujeres puedan llegar a cargos legislativos o municipales.
En este escenario, la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Angélica de la Peña Gómez, se pronunció por formar una alianza, a fin de “evitar que nos vean desunidas” y se siga abriendo una especie de cuña por donde entren las prácticas del sistema patriarcal.
“Vamos a hacer nuestro último esfuerzo para modificar la Constitución” y establecer la paridad no solamente en la integración de candidaturas al Congreso de la Unión y los congresos locales, sino en el tercer orden de gobierno, “pero hay muchas resistencias” que se pueden vencer con las alianzas conformadas con legisladoras de todos los partidos políticos, sostuvo.
La senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género, manifestó que se trata de derechos que no están a discusión, pues para “tener la voz completa requerimos que no se sigan regateando los derechos político-electorales”.
“¡Democracia paritaria ya!, sin adjetivos, así como se oye, completito todo lo que corresponde a las mujeres, ya sean jóvenes, indígenas, mujeres de la tercera edad, con alguna discapacidad o que pertenezcan a otro sector de la población”, asentó.
La senadora Marcela Torres Peimbert, secretaria de la Comisión de Derechos Humanos, advirtió que se necesita paridad, no por la clase política sino porque se quiere hacer una política real, que tenga la voz de la mujer que no se escucha, y pidió no caer en lo mismo que los hombres: “en hacer una lucha entre nosotras, en querer espacios sólo para tener ese ‘hueso’, como lo lee la gente”.
Las mujeres estamos llamadas a tomar en nuestras manos la rienda no sólo de nuestra vida y de nuestra familia, sino la de las familias que piden justicia real. Las mujeres que vamos a acceder “a fuerza” por la iniciativa de mitad y mitad, sí lucharemos por esas causas justas, no estaremos peleando entre nosotras por protagonismos y por ganar espacios para nuestros partidos, agregó.
La magistrada presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Janine Madeline Otálora Malassis, resaltó que frente a la elección de 2018, los partidos políticos están divididos para ver quién gana, pero deberían estar unidos en lograr que triunfe la paridad de género, que no es una dádiva sino un derecho básico, un derecho humano.
Para lograr la paridad, agregó, se debe verificar que tenga una incidencia efectiva en las políticas públicas a favor de las mujeres y en una representación plural de género en la que todas las mujeres se vean y sean representadas.
Al inaugurar el Seminario Taller, la presidenta del Tribunal dijo reconocer a las y los legisladores como agentes de cambio y por estar comprometidos con la paridad, y precisó que la paridad no es un tema de cifras, de un 50-50, sino de sociedad igualitaria.
Santiago Nieto Castillo, titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales, reconoció que desde 2015 se presentó “un problema de violencia política en contra de las mujeres que no podemos soslayar ni minimizar” y es importante eliminar ese lastre en la calidad del sistema democrático.
Implica, acotó, no sólo la aprobación de las normas que sobre el tema se encuentran pendientes en la Cámara de Diputados, sino también la tipificación del tipo penal de violencia política en contra de las mujeres.
Los partidos políticos deben dejar de pensar en las mujeres de la forma en que piensan que son o deben ser, queremos unas elecciones incluyentes, limpias y justas, paritarias, aseguró la presidenta del Inmujeres, Lorena Cruz Sánchez.
Ya no estamos dispuestas a callar ni a sufrir ningún tipo de violencia por participar. La paridad no es una dádiva, es un derecho exigible y obligación ética para enfrentar la impunidad, corrupción, injusticia e insensatez política. Las mujeres mexicanas buscan la paridad en todas las esferas de la vida pública y privada, y ejercer todos los derechos con plenitud y libres de violencia, puntualizó.
En tanto, la directora de la Unidad Técnica de Igualdad de Género y No Discriminación del INE, Mónica Maccise Duayhe, señaló que para que la paridad se sostenga se requiere avanzar en darle sustentabilidad, por lo que, además de enriquecer a las instancias administrativas, se debe propiciar la eliminación de las barreras que han hecho que las mujeres y otros grupos desaventajados no participen en el ámbito público.
Se debe llevar a cabo un esfuerzo constante por mostrar los beneficios de la paridad al interior los partidos políticos, democratizar el espacio de lo doméstico y eliminar los estereotipos para que los hombres se incorporen a esas tareas. “La democratización de la vida interpartidaria y de la vida privada, dentro de los diversos tipos de familia, es una agenda latente y pendiente”, concluyó.