* Desde 1966, brinda auxilio a la población antes, durante y después de desastres ocasionados por fenómenos geológicos, hidrometeorológicos y químico-tecnológicos
* Del 2012 al 2018, el Plan DN-III- se aplicó en dos mil 105 desastres, movilizando a 179 mil 435 elementos y beneficiando a más de cuatro millones de personas
Ciudad de México.- La historia, evolución, funcionamiento y resultados del Plan DN-III-E a lo largo de más de 52 años de implementación, aportan lecciones que vale la pena considerar en el marco de la discusión actual sobre la Guardia Nacional, señala una investigación elaborada por la Dirección General de Difusión y Publicaciones del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República (IBD).
El estudio titulado “La participación del Ejército en labores de protección a la población: el caso del Plan DN-III-E”, analiza a esta labor social de los soldados, como un ejemplo de la colaboración institucionalizada, oportuna y efectiva del Ejército Mexicano, que forma parte de las acciones del Estado Mexicano en situaciones de emergencia que afectan a la población y cuya atención compete originalmente a las autoridades civiles.
Creado en 1966, el Plan DN-III-E es actualmente un reconocido operativo militar que brinda auxilio a la población antes, durante y después de los desastres ocasionados por la manifestación de fenómenos geológicos, hidrometeorológicos y químico-tecnológicos.
La investigación revela que tan solo entre el 1 de diciembre de 2012 y el 30 de junio de 2018, el Plan DN-III fue aplicado en dos mil 105 desastres ocasionados por huracanes, tormentas tropicales, frentes fríos, sismos, fuertes lluvias e incendios forestales, en los que se desplegó un total de 179 mil 435 elementos del Ejército, beneficiando con ello a cuatro millones 175 mil 984 personas.
Uno de los aprendizajes que se desprende del análisis del Plan DN-III-E, es que la participación de las Fuerzas Armadas en los desastres no ha significado la militarización de la protección civil en México.
En todo caso, apuntan los investigadores, este operativo militar se ha logrado coordinar con las acciones de protección civil que llevan a cabo las autoridades de los tres niveles de gobierno en situaciones de desastre.
En ese sentido, subraya el estudio, el Plan DN-III-E revela la capacidad institucional que ha desarrollado el Ejército Mexicano para llevar a cabo una función social, alejada de la naturaleza bélica de la milicia, lo que ha dado como resultado la salvación de cientos de miles de vidas, una comida caliente y un techo seguro para quienes lo han perdido todo.
Visto así, la historia del Plan DN-III-E coloca enormes signos de interrogación a la idea simplista de que “el Ejército está diseñado para matar”, afirman los investigadores del IBD.
El estudio apunta que, durante prácticamente la mitad de su existencia, el Ejército Mexicano ha implementado el Plan DN-III-E sin que hasta el momento se cuestione la constitucionalidad o se alerte sobre los riesgos de “sacar a los militares a las calles” en situaciones de alta vulnerabilidad social, como son los desastres.
Por el contrario, el auxilio del Ejército en las catástrofes es uno de los factores que explican el alto nivel de confianza que tienen hoy en día las Fuerzas Armadas de nuestro país, concluyen los investigadores.
El estudio completo del IBD se puede consultar en la dirección electrónica: http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/handle/123456789/4333