Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
La Iglesia Católica en Oaxaca vive un cisma, luego que el sacerdote Carlos Franco, vicario General de la Catedral Metropolitana de Antequera -ciudad de Oaxaca- fue detenido acusado del presunto delito de violación agravada en contra de un menor de edad, y trasladado al Centro de Readaptación Social de Miahuatlán -penal de mediana seguridad- por elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado.
Con esta acción se dio cumplimiento a la orden de aprehensión bajo el mandato judicial 274/2016, librada por el Juzgado Cuarto de lo Penal, en contra del ministro del culto católico por el delito de violación agravada, cometido en la Semana Santa del año 2015, lo que sin duda representa un hecho que daña a la Iglesia Católica, no sólo de Oaxaca, sino del país.
A este hecho de pederastia se suman otros más, cuando fue aprehendido el sacerdote Gerardo Silvestre Hernández, el 29 de noviembre del año 2013, y recluido en el Centro de Reinserción Social número 12, en el municipio de Tlaxiaco, en espera de la sentencia por el presunto delito de abuso sexual en contra de 10 niños indígenas zapotecas.
Silvestre Hernández fue denunciado penalmente en 2012, por Pedro Mendoza Flores, comerciante de San Pablo Huitzo, por presuntamente abusar de su hijo de nueve años de edad cuando era acólito en la parroquia de ese municipio del distrito de Etla, Oaxaca.
El ministro del culto católico fue transferido a Santiago Camotlán, perteneciente al Distrito de Villa Alta, donde se dice dejó por lo menos 45 víctimas. Situaciones similares se repitieron en las parroquias de Villa Alta, del mismo distrito y las de San Juan y Santa María Ozolotepec, del distrito de Miahuatlán.
Este caso fue hecho del conocimiento de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe en la Santa Sede de Roma, por lo que a dos curas se les quitó el ministerio, pero no en el caso de Silvestre Hernández, pues fue considerado “inverosímil”, por lo que fue exonerado. Sin embargo, los tribunales civiles, lo consideraron culpable y hoy paga condena.
Aunque la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe consideró la denuncia como “inverosímil” y exoneró a Silvestre Hernández, cura acusado de pederasta, la justicia civil lo encontró culpable y lo detuvo, según lo informó Manuel Arias Montes, párroco de la iglesia de la Inmaculada de Juquila, ubicada en el Fraccionamiento del “INFONAVIT Ricardo Flores Magón”, de la ciudad de Oaxaca.
En tanto, Arias Montes fue denunciado el año pasado por violencia intrafamiliar, por quien fue su concubina, Alma Delia Gómez Soto, el 27 de noviembre pasado, y que puso queja en la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, en contra de la fiscal Especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer por Razón de Género, Iliana Araceli Hernández Gómez, por proteger conductas ilícitas del sacerdote.
Por su parte, el sacerdote aseguró que teme por su vida, al haber denunciado, junto con otros párrocos, actos de pederastia en la Iglesia Católica de Oaxaca, por lo que afirma que ha sufrido atentados en contra de su vida, de los que responsabiliza a su ex concubina Gómez Soto y al sacerdote Francisco Wilfrido Mayrén Peláez conocido como “Padre Uvi”.
Como se ve, esta historia reciente de la iglesia católica en Oaxaca, la denigra, por los intereses que se entremezclan, le resta honorabilidad, alejándola de su misión pastoral, lo que ha puesto en entredicho el papel del Arzobispo José Chávez Botello, y que ha generado un cisma al interior de la grey católica oaxaqueña.
@MiguelAschulz