Debido al rumor de que dos niños de apellidos Covarrubias fueron secuestrados, un grupo de más de cien personas inició desde las primeras horas de la tarde una protesta una manifestación de protesta por la inseguridad y exigió a las autoridades atención a esta demanda.
En respuesta las autoridades del Distrito Federal comisionaron a personal de la Secretaría de Seguridad Pública para que atendiera la petición; sin embargo, en el marco de esta protesta, un grupo de 50 jóvenes del Barrio Bravo a bordo de motonetas protestaron de manera ruidosa contra el secuestro de niños.
Horas después los mismos jóvenes tomaron un autobús del servicio de transporte urbano y lo retuvieron durante varias horas exigiendo se investigue los hechos y se castigue a los responsables. Elementos de la policía capitalina persiguieron al autobús hasta que lo cercaron y enseguida detuvieron a los jóvenes ocupantes. Simultáneamente las autoridades del Distrito Federal establecieron una mesa de negociación con los vecinos y mientras se aclaraba la situación los jóvenes se dedicaban a hacer ruido, corear consignas y lanzaban diversos objetos a la policía.
Ante esta situación, las autoridades amenazaron con levantarse de la mesa de negociación si los jóvenes no dejaban de estar provocando a la policía. Por lo anterior los habitantes de Tepito se deslindaron rápidamente de los jóvenes y reprobaron sus actos de violencia.
En el transcurso de la reunión, se aclaró que el padre de los menores es quien se los llevo y el sabe dónde se encuentran además de que según informes de las autoridades tiene órden de aprehensión por incurrir en falsedad en sus declaraciones.
La situación sigue tensa y las pláticas continúan.