* De 2018 a 2023 en México se han reportado 11 mil 800 personas desaparecidas
* De acuerdo con el Comité de las Naciones Unidas contra la Desaparición Forzada, hasta abril de 2023 habían 36 sentenciados por desaparición forzada
Ciudad de México.- Por primera vez, la semana pasada se reunieron en el Centro Varonil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, madres del colectivo “Unión de familiares resilientes buscando a sus corazones perdidos” que tienen a un ser querido desaparecido; con Personas Privadas de la Libertad, con el objetivo de promover acuerdos y compromisos que contribuyan a la construcción de paz.
Un encuentro importante ya que la justicia restaurativa nos acerca a empezar los diálogos necesarios para la construcción de paz. Los jóvenes privados de la libertad se comprometieron con las madres a buscar caminos en su vida para ser mejores personas cuando salgan de su pena privativa de libertad, y uno de ellos se comprometió a ayudarles a buscar a sus familiares una vez que salgan.
Es por ello que la asociación Reinserta comienza con una serie de programas que tienen que ver con prácticas restaurativas. La importancia de estos espacios no solo son para las víctimas sino también para las Personas Privadas de la Libertad.
Estas acciones son importantes porque las prácticas restaurativas son ejercicios de conciencia que promueven el respeto a la vida y a la dignidad humana que por medio de la participación activa, propician el encuentro con el otro, le dan significado a la tarea continua de hacer comunidad, al desarrollo personal y de encontrarse consigo mismo promoviendo e impulsando la resolución de conflictos de forma pacífica, la comunicación no violenta, el diálogo y la escucha activa y la sanación interna (autoestima) como aspectos importantes para la integración social.
Al final, uno de los jóvenes se ofreció a dedicar su vida a ayudar a buscar a estas personas. “Siento mucha impotencia de escuchar como alguien se creyó con el derecho de arrebatarles a sus familiares, pero me comprometo a generar consciencia aquí dentro del daño que causan”, externó.
Ante ello, una de las madres respondió: “Mi corazón y mi alma por primera vez en mucho tiempo sintieron muy bonito. Ojalá lo pudiéramos volver a hacer”.
Las mamás buscadoras dijeron que se iban con un sentimiento de esperanza, y con el corazón muy conmovido de conocer y escuchar a los jóvenes.