Por Horacio Corro Espinosa
Yo creo que como nunca antes en la historia de Oaxaca, hoy se exige que el ciudadano que suceda al presidente municipal actual, posea características tales que, por lo mismo, se antojan excepcionalmente superiores y complejas.

El presidente que cualquier municipio de Oaxaca requiere para los próximos tres años de mandato constitucional, no es aquel que se le tenga en alta estima por razones de amistad o vínculos de interés personal con los dirigentes de los partidos políticos, sino el que a través de su propia trayectoria, manifieste su íntima identificación con el pueblo que pretende gobernar, y que a la vez, su corazón sepa latir al ritmo de los que viven en ese lugar.

Los presidentes que la entidad oaxaqueña quiere, son aquellos que comprendan la urgente y obligatoria necesidad de hacer plena la justicia social. No de membrete, porque eso ya se ha hecho por décadas en todo el país.

Oaxaca anhela que sus presidentes sean aquellos que sepan unir a su palabra, la consecuente acción. Después de las últimas experiencias que ha vivido la entidad, hoy quieren los pueblos impedirle el paso a aquellos que a través de su responsabilidad en un cargo público, se hicieron de recursos insultantes de la noche a la mañana, cuando todos conocían su vida económica pasada.

El presidente que cada municipio desea en Oaxaca, es aquel que no tolere ni cerca ni lejos de él, a quienes hacen de los recursos y las posibilidades de un puesto público dentro del gobierno municipal, botín o medio para su enriquecimiento en disminución del avance de desarrollo de la colectividad.

El presidente que el municipio necesita, es aquel que asuma la responsabilidad de hacer transparente su administración, y evite todo dispendio que a los ojos del pueblo pueda motivar su repudio y rencor.

El Presidente que los ciudadanos quieren, debe estar respaldado por un equipo fuerte de adultos, mujeres, jóvenes, adultos mayores y hasta niños, pues esa es prueba suficiente para garantizar su liderazgo. No se trata de demostrar con fotos que lo sigue toda la gente, el pueblo es sabio.

Los ciudadanos de cada municipio, quieren ver que el candidato esté rodeado de gente que lo venga siguiendo de años, no de ahorita, sino que a través de esos lazos, hayan hecho historia de trabajo en la comunidad. No quieren ver atrás del candidato viejos enemigos que ahora son aliados.

Los ciudadanos quieren ver a su gente como candidato, no a empleados de grupos de poder en la región. Quieren ver a los verdaderos líderes de la población porque entre ellos hay lazos de amistad que a través del tiempo se han hecho tan fuertes que pueden resistir el peso de la comunidad completa.

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