Miguel Ángel Schultz
Cuando reporteros cuestionaron al presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Oswaldo García Jarquín, sobre su intención de privatizar parte de las calles de la ciudad con mil parquímetros, su repuesta transpiró prepotencia, al despreciar el rechazo popular que origina su determinación. Y, sin rubor, aseguró que él “asumía el costo político”, sin duda seguro por haber llegado con 75 mil 288 votos a favor de Morena, partido que lo postuló, votación que munícipe alguno ha alcanzado en la historia del Ayuntamiento capitalino.
De entrada, tres de sus regidores ya hicieron eco del rechazo popular a los parquímetros: Renato Pavel López; Tania Caballero Navarro y la síndica Indira Zurita Lara. Lo peor fue que hasta en la LXIV Legislatura del Estado, donde la mayoría de diputados son de Morena, partido que dice representar, le dijeron no a su propuesta de parquímetros, en la sesión del miércoles 27 de noviembre de 2019.
Con esos mil cajones, García Jaquín estima recaudar más de 42 millones de pesos al año, que saldrán de los maltrechos bolsillos de los capitalinos que apenas llegan a los 265 mil 006 habitantes, según estimación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y por su política recaudatoria que hace de las calles, la ciudad es caos vial. El rechazo a los parquímetros, no es más que el rechazo a la política del munícipe.
Más que por méritos propios, García Jarquín ganó la presidencia municipal por la fuerza electoral que llevó a la presidencia de la República a Andrés Manuel López Obrador y que “enterró” a los partidos Revolucionarios Institucional (PRI), de la Revolución Democrática (PRD) y Acción Nacional (PAN).
En los comicios del 2016, cuando García Jarquín compitió por el mismo cargo, sin estar en la boleta López Obrador, cuando se alzó con la victoria, por segunda vez, José Antonio Hernández Fraguas, del PRI, en el conteo rápido de 372 actas logró 30 mil 338 votos (26.73 por ciento); García Jarquín, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) 25 mil 867 (22.79%); Sergio Bello Guerra, de la coalición PAN-PRD 25 mil 346 (22.33%) y Bárbara García Chávez siete mil 558 votos (6.66%).
García Jarquín justifica su intención de privatizar las calles anunciando acciones a favor del medio ambiente, lo que resulta totalmente falso, basta observar que los 40 camiones recolectores de basura que rentó, por 128 millones de pesos, que no compró, son de modelo antiguo, pues no separan los desechos sólidos, en por lo menos orgánicos e inorgánicos, lo hacen a la antigüita y revuelven el mazacote de basura.
Por cierto, cada camión tiene un costo de tres millones 220 mil pesos. En mercado libre se pueden adquirir camiones Foton recolectores de basura, marca del motor Cummins ISF 3.8, por un millón 430 mil pesos y los dan fiados con un 20 por ciento de enganche
En lo que si fue previsor es que compró desde ya 50 arañas inmovilizadoras, con las que pretende prácticamente extorsionar a los automovilistas con el pago de ocho pesitos por hora -bara, bara-, por transitar principalmente en la colonia Reforma, que se ha convertido en la segunda zona comercial por excelencia de la capital del estado, porque la primera es sin duda la Central de Abasto, tal vez porque ahí van los Pobres y el Pueblo, con P mayúscula, luce en total abandono.
García Jarquín en su amnesia política también argumentó que el municipio de Oaxaca aprobó en sesión de Cabildo la implementación de los parquímetros, ahora virtuales, desde el año 2007, por lo que olvida la rebelión popular que cimbró a Oaxaca en 2006, cuando la torpeza de Jorge Franco Vargas, siendo secretario General de Gobierno asumió prácticamente el poder absoluto de la administración, ya que el entonces mandatario, Ulises Ruiz Ortiz, se fue a la campaña del candidato del PRI a la Presidencia de la República, Roberto Madrazo Pintado, decidió dar una lección a los revoltosos y desalojó el plantón instalado en el Zócalo, de la Sección 22 del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE) y se incendió Oaxaca.
Total amnesia del munícipe al olvidar que parte de la agenda que movilizó a la población de Oaxaca de Juárez en el estallido popular, fue la defensa del medio ambiente, de los árboles del Zócalo y la Alameda de León; el recorte de calles, la construcción de las famosas vueltas inglesas, la intención de llevarse el Mercado de Abasto a San Juan Bautista Guelache, Etla y la no privatización de la calles.
Las vialidades de la ciudad han sido entregadas al comercio informal, que tiene instalados cuatro mil puestos, que no vendedores, ya que en su gran mayoría son personas que trabajan, comerciantes que no pagan impuestos ni prestaciones sociales a sus trabajadores.
García Jarquín no parece un munícipe emanado de un gobierno de Morena de mandar obedeciendo y se ha llenado de soberbia o será de los que como dijo López Obrador, “políticos que se colaron, que no ayudan, pero que el pueblo reconoce quién es un trepador, un oportunista, un politiquero”.
@MiguelAschulz
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