* En la Sala Manuel M. Ponce se llevó a cabo el ciclo Protagonistas de la cultura mexicana, en donde compartieron
Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), mediante la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), llevaron a cabo un homenaje a la trayectoria de Lourdes Pérez Gay en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, en el marco del ciclo Protagonistas de la cultura mexicana.
Pérez Gay, escritora, actriz, directora y titiritera, agradeció el reconocimiento por sus 50 años trabajando en y para la escena mexicana y rememoró parte de su vida dedicada al teatro.
“Ese llamado del drama, del elenco, se inició con la formación del grupo Mascarones con Mariano Leyva, que era la época de la poesía coral que Juan José Arreola inauguraba en la Casa del Lago. Con el tiempo empecé a dirigir a un grupo de jóvenes actores y así inicié mis pininos”, comentó.
Señaló que con el paso del tiempo conoció al que sería su compañero de vida Lucio Espíndola, con quien fundó Marionetas de la esquina, atreviéndose a usar una gran variedad de técnicas, toda clase de marionetas y resaltar la capacidad de expresión de los títeres.
A sus nietas dedicó las últimas palabras de su discurso: “Siempre hagan lo que les gusta, aunque no siempre esté bien remunerado”.
Por su parte, el subdirector general de Bellas Artes, Héctor Romero Lecanda, entregó a nombre de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y del Inbal -en especial de la directora general, Lucina Jiménez López-, un reconocimiento “por su gran aportación a los teatros, especialmente por mantener viva esa tradición del teatro de títeres y que las marionetas no se queden en las esquinas, sino en todos y cada uno de los espacios de este país, que nos permiten a los niños y a los que no somos tan niños, pero sí de corazón, seguir viajando, seguir gozando, seguir disfrutando”.
El presídium contó con la participación de la coordinadora nacional de Literatura, Karen Villeda; así como de la narradora, dramaturga y actriz, Berta Hiriart; del dramaturgo y director de teatro, David Olguín, y de la actriz Susi Estrada.
Hiriart agradeció la invitación para celebrar la vida y obra de su amiga y colega. Dijo sorprenderle su fortaleza, generosidad y dedicación que ha llevado a lo largo de su vida aún en circunstancias difíciles.
“Pese a todo y contra todo lo que en nuestros días se opone al arte, las marionetas están aquí, vivitas y coleando, existen, subsisten gracias a Lourdes, la capitana de este barco sabe sortear los obstáculos.
“La vocación de La Titería, que no es otra más que la suya en tanto artista y persona. Un niño que no se acerca al arte, que no consume arte en el mejor sentido de la palabra se dedicará a consumir otros placeres que no siempre enaltecen el espíritu. Es con los niños que necesitamos trabajar para reestructurar el tejido social tan lastimado en México”, agregó.
En su turno, Olguín destacó que el teatro dirigido a niños y jóvenes es un terreno castigado, una batalla con larga tradición en México. Señaló un admirable temple en el caso específico de Pérez Gay.
“Estamos hablando de 55 años desde el momento que se funda el grupo Mascarones, por allá de los años sesenta; en el año del 77 hablamos de 46 años de Marionetas de la esquina y nueve años desde que abre La Titería” y destacó la figura como institución de Pérez Gay.
“No se diga los orígenes de Lourdes en el arte escénico, a lado del maestro Leyva y esa vocación que ha hecho de Lourdes finalmente alguien que está con un pie en la política y otro en el horizonte de la infancia, son como dos pasiones indudablemente que le vienen también de familia”.
La actriz Susi Estrada dio lectura a un texto titulado Lourdes Pérez Gay; la luz en la memoria teatral, en representación de Conchi León. “Que mujer tan poderosa para contar una historia en segundos, después supe quién era… Lourdes generosa como es que me dio una beca, seguro no recuerda mucho esto, pero para mí es inolvidable, pues forma parte importante de mi formación como artista. Seguí el trabajo de Lourdes desde lejos, siempre con admiración y respeto, pero los lazos de Lourdes que construye a su alrededor son tan fuertes que nada puede hacerse de lejitos con su nombre, ella se acerca y su imán desvanece las distancias. Después me hice amiga de su hija Amaranta, con quien comparto risas, alegrías y utopías”, señaló.