* Las galardonadas con la Medalla de Oro Bellas Artes han colaborado en 163 producciones de teatro, danza, ópera, cine, video y multimedia
Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) entregaron la Medalla de Oro Bellas Artes en Teatro a María y Tolita Figueroa, artistas pioneras en el diseño de vestuario y escenografía en México, en el cual combinan la tradición con elementos modernos, que aportan una dimensión estética y narrativa adicional y contribuyendo significativamente al desarrollo y la apreciación de las artes escénicas en México.
El acto, que se llevó a cabo este martes 24 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, fue encabezado por el subdirector general de Bellas Artes, Héctor Romero Lecanda, en representación de la directora general del Inbal, Lucina Jiménez López; Luis Tareke Ortiz, titular del Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Cultuales, en representación de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero; acompañados del director escénico y dramaturgo, Otto Minera, y las artistas galardonadas.
La actriz de número de la Compañía Nacional de Teatro del Inbal, Julieta Egurrola, condujo la ceremonia en la que se proyectó una video-semblanza de las artistas galardonadas y se leyó una serie de mensajes y felicitaciones que enviaron actores como Angelina Peláez, Óscar Narváez, Daniel Giménez Cacho, Luis Rábago y Luis de Tavira.
Romero Lecanda dio lectura al mensaje de Jiménez López, en el que expresa su agradecimiento al comité dictaminador de la Medalla, integrado por los dramaturgos Abraham Oceransky, Claudio Valdés Kuri y la maestra Berta Hiriart, cuya participación “ha sido crucial para distinguir a figuras tan destacadas como las que hoy honramos”.
Asimismo, señala que “en el trazado de la historia, donde el arte nos guía por diversos caminos, reconocemos las huellas de quienes nos precedieron, personas que con vocación, ímpetu y dedicación han marcado su paso firme”.
“Hoy en este encuentro de amigos y colegas celebramos esas trayectorias excepcionales con la entrega de la Medalla de Oro Bellas Artes en Teatro, el máximo galardón otorgado por el Inbal. Este año nos honra reconocer a María y Tolita Figueroa; referentes indiscutibles en el campo del vestuario y la escenografía por su vasta contribución al diseño teatral”, agrega el documento.
El vestuario y la escenografía –considera- no son solo un trasfondo, sino una parte esencial en una puesta en escena. María y Tolita Figueroa, con su excepcional talento y su meticulosa dedicación, han transformado el campo del diseño teatral.
Desde 1989, estas hermanas han colaborado en más de 163 producciones de ópera, danza, teatro, cine, video y multimedia. Formaron un equipo inquebrantable dejando su huella en montajes memorables, como “Los enemigos”, de Sergio Magaña, bajo la dirección de Lorena Maza, obra por la que fueron galardonadas por sus contribuciones a la escenografía y el vestuario.
Su carrera ha sido un viaje de creatividad e innovación alcanzando reconocimiento internacional, como cuando fueron distinguidas en la Cuadrienal de Praga en 2011, la reunión de mayor relevancia a nivel mundial de diseñadores escénicos. A través de su trabajo han redefinido el arte escenográfico abriendo nuevas posibilidades para el diseño de vestuario y marcando un camino inspirador para futuras generaciones.
Y recuerda que entre sus colaboraciones más destacadas han trabajado con figuras como Guillermo del Toro, Jesusa Rodríguez y Alejandro Jodorowsky, y en montajes internacionales que han llevado su sello artístico por todo el mundo. En el campo de la ópera, sus aportes son igualmente notables como sus memorables diseños para “Tosca” y “Muerte en Venecia”, producidas por el Inbal.
Por último, señala: “Hoy, al otorgar la Medalla de Oro Bellas Artes a María y Tolita Figueroa no solo reconocemos su legado artístico, sino también su capacidad de transformar y elevar el arte del vestuario y la escenografía. Este premio es un merecido tributo a su creatividad y dedicación y un símbolo de inspiración para las futuras generaciones de artistas”.
Por su parte, Tareke Ortiz hizo extensiva la felicitación enviada por Frausto Guerrero, “siempre con la conciencia de que su trabajo es como los códices transmisores de una cultura, de una sociedad y de un momento histórico, pero, sobre todo, de un estado de conciencia de quien escribe, de quien diseña y de los personajes. Al final de cuentas, lo que queda inscrito en el público del teatro es ese estado de conciencia de quien, como médium, el director y los actores transmiten y dejan perennemente inscrito en el tiempo”.
Al hacer un repaso por la trayectoria y el trabajo de María y Tolita, el director de escena y dramaturgo Otto Minera consideró: “Doy fe de que las cosas se pueden hacer bien, porque eso vemos hacer a Tolita y María Figueroa; porque vemos que su ejemplo es ejemplar y nos guía hacia una claridad en el propósito artístico.
“La limpia luz de su quehacer profesional nos susurra: dale, sigue, no pierdas el tino, empezando con los jóvenes, todavía en sus escuelas de arte, que dedican sus tesis a la práctica teatral de estas musas, mujeres inspiradoras, desde los mozuelos y las mozuelas hasta cualquiera que encuentre en el teatro su lugar, su espacio de trabajo y entrega, todo hecho para los demás, los de a pie: el público”.
Luego expresó su certeza de que “no estamos solos en la oscuridad: nos orienta el brillo de María y Tolita Figueroa, nos abren los ojos las epifanías de su acabado oficio teatral. Lo que ellas hacen es, ni más ni menos, crear belleza, cosa necesaria para cualquier vida en cualquier país. Todo lo que ellas tocan, lo iluminan. No pedimos más que su lección de ayer y de hoy se tenga presente. Si con ellas seguimos principios éticos de trabajo y anhelos de belleza, podremos con verdad hablar desde el escenario a nuestros conciudadanos”.
Por último, agradeció por la “deliciosa convivencia que se tiene con las Figueroa, las risas y las carcajadas imparables que se disparan en cuanto uno entra a su estudio, tan suyo y tan de nadie más: nido de musas. Gracias a la vida que me las puso al lado mío”.