* Llama la presidenta del Senado a construir la legislación que garantice los derechos de este sector de la población
* Se trata, dice, de crear medidas para abatir la violencia, discriminación social, mala salud, dificultades económicas y el desempleo que padecen
Ciudad de México.- Reconocer, garantizar y luchar por los derechos de las personas trans, no puede ser una labor sujeta a ideologías, atavismos ni cálculos electorales, pues se trata de resistir el aumento de posturas contra la igualdad de género, la salud, los derechos sexuales y reproductivos, consideró la presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, Ana Lilia Rivera Rivera.
La senadora hizo un llamado para construir la legislación que garantice los derechos de este sector de la población. “Estamos obligados a despojarnos del velo de la ignorancia y pugnar por la creación de entornos que prioricen la humanidad, la seguridad y la dignidad de las personas trans”.
Afirma que esa será la verdadera contribución de los legisladores a la justicia: Resistir y crear medidas para derribar la violencia, discriminación social, mala salud, dificultades económicas, desempleo y, en general, la infame falta de acceso a los derechos de estas personas.
Durante la ceremonia para la iluminación del Senado de la República con motivo del “Día Internacional de la Memoria Trans”, Rivera Rivera advirtió que el año pasado, el odio, la violencia y el suicidio truncaron trágicamente la vida de cientos de personas trans en todo el mundo.
En México, acotó, los números ni siquiera son claros, pero aunque lo fueran, difícilmente reflejan el dolor, la rabia e injusticia que entraña este tipo de violencia.
La legisladora reconoció que “vivimos en una sociedad de dobles y hasta triples morales, donde se redactan leyes, se instauran conmemoraciones y se crean slogans virtuales, pero que no dejan de ser hostiles, excluyentes, opresoras y asesinas de quienes osan salirse de la rayita, de quienes no caben en los estrechos espacios de la frívola expectativa social”.
En un mundo en el que las violencias hacia las disidencias sexuales y de género sólo se han agudizado con los años, dijo, cada vida trans es un indisciplinado milagro, pero “no queremos que sea milagro”, sino un cambio para resistir a aquellos que les deshumanizan, para contribuir a garantizar que todas las personas de género diverso puedan tener una vida segura, plena y feliz.
La presidenta del Senado condenó el odio, los prejuicios y la violencia contra las personas trans: “Hoy, le recordamos al mundo que continuaremos resistiendo y desafiando los sistemas opresivos, hasta que los derechos y las vidas de las personas trans y de género diverso se respeten en todas partes”.
¿Son diferentes? ¿Diferentes a quién? preguntó la senadora.