* En la conferencia, el director del recinto del Inbal comparte con el público asistente el mito de las telas que metían a escondidas a Lecumberri para que pudiera pintar
Ciudad de México.- “Con la muerte de David Alfaro Siqueiros también se murió en muchos sentidos una época. El gran superviviente de aquella gesta, de aquella generación, de aquella búsqueda, de aquella solución, de aquel logro, de aquel camino que indudablemente vemos hoy en la pervivencia de su obra”.
Lo anterior fue expresado durante la conferencia “Siqueiros. Vida y obra”, impartida por Héctor Palhares Meza, director del Museo Nacional de Arte (Munal), del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), en el marco del 50 aniversario luctuoso de Siqueiros.
Abordó diversos aspectos de la vida y la obra del célebre muralista; reflexionó, entre otros aspectos, sobre el asalto a la casa de León Trotski, capitaneada precisamente por Siqueiros, “como parte de estas grandes controversias dentro de las afiliaciones políticas de nuestros maestros. No podemos recordar de otra manera ese México absolutamente politizado, influido por bastiones internacionales que se congregan en la visión de los tres grandes (Siqueiros, Rivera y Orozco). No es ya un lugar común esta triada de voces, de talantes, de historias”, comentó Palhares Meza.
Mencionó que Siqueiros estuvo 11 veces en la cárcel, “donde se construye, al igual que gran parte de su mito y su historia: como el mito de las telas que Angélica metía a escondidas para que pudiera pintar; la celda cada vez más pequeña por instrucciones de Adolfo López Mateos, su acérrimo enemigo, donde pinta las flores que hoy podemos ver en la Sala de Arte Público Siqueiros con la leyenda para Angélica con amor”.
Asimismo, leyó un fragmento de una de las múltiples entrevistas que Julio Scherer le hizo a Siqueiros en Lecumberri, actualmente Archivo General de la Nación. Dicha entrevista forma parte del libro “Siqueiros: la piel y la entraña”, en el cual el autor combina el relato y el ensayo.
“El libro está formado por recuerdos, emociones, tragedias, fantasías, todo revuelto. Su contenido es como la tierra, el agua, las flores, las hojas que el viento arrastra”, expresó Palhares Meza, teniendo como imagen de fondo la emblemática fotografía de Siqueiros tras las rejas de Lecumberri, realizada por Héctor García.