* La soprano y el pianista se presentaron este domingo en la Sala Manuel M. Ponce, en el marco del 150 aniversario del natalicio del compositor ruso
Ciudad de México.- Para conmemorar el 150 aniversario del natalicio de Sergei Rajmáninov, la soprano Zulyamir Lopezríos y el pianista Rodolfo Ritter ofrecieron un concierto único donde abordaron algunas canciones del compositor ruso, este domingo 24 de septiembre, a las 18:00 horas, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
“Esta presentación forma parte de la serie de conciertos que Rodolfo Ritter realizará a lo largo de 2023 para recordar al compositor ruso, en los cuales tocará toda su obra de cámara, un esfuerzo loable al que me invitó para abordar este género que ocupó un lugar particular dentro de su repertorio”, detalló en entrevista la concertista de Bellas Artes.
“Las piezas de Rajmáninov siguen la tradición de Mijaíl Glinka y de Piotr Ilich Chaikovski, y tienen una estética particular, con ese romanticismo que caracteriza su música y están inspirados en la poesía de grandes escritores rusos, como Alexander Pushkin, Mijaíl Lérmotov o León Tolstoi, quienes exploraron temas como la naturaleza, la religión, la tristeza, la pérdida, y las crea con un estilo refinadísimo”.
La concertista, quien interpretará How fair this Spot!, Op. 21 núm. 7 y Oh, never sing to me again, Op. 4 núm. 4, detalló que la composición y los textos crean atmósferas evocadoras: “Son muy hermosas, las cuales iremos combinando con piezas para piano solo, amén de que el maestro Ritter es un gran exponente de la música rusa y saca sonoridades divinas en el teclado”.
Para la maestra Zulyamir Lopezríos que se ha destacado por interpretar diferentes tipos de repertorio, las obras rusas guardan un sentimiento particular frente a otro tipo de tradiciones: “Como cualquier música que guarda en sus notas la historia del país al que representa, el repertorio ruso hace alusión a la tristeza y el sufrimiento que ha atravesado su historia, y esto se transparenta en los textos y en las armonías.
“Los poetas que eligió Rajmáninov exploran ese patetismo y, al mismo tiempo, evocan los paisajes de un país coloreado por el invierno y por las estepas rusas, que culmina en su forma de ser y sentir. Creo que no hay ninguna pieza que pueda definirse como desbordantemente alegre, pero sí con mucha descripción de la naturaleza, como The water Lily (El lirio acuático), Op. 8 núm. 1, que también interpretaré.
“En general hablan de temas profundos, quizá filosóficos, por eso la música de Rajmáninov es tan especial y pienso que, para interpretarlo y escucharlo, hay que abrirse y sensibilizarse a todas las posibilidades que ofrece su música en esta combinación de voz y piano”.
Dijo que tampoco hay que olvidar que fue un compositor que emigró de Rusia en 1917 y nunca volvió. “Eso es parte de esa pérdida y de esa nostalgia que expresa. Aunque escribió en una variedad inconmensurable de formas y géneros, sus canciones son emocionalmente fuertes y creo que son el pináculo de su sensibilidad para escribir”, subrayó.
Además de ofrecer canciones como The Harvest of Sorrow, Op. 4 núm. 5; Fragmentos; Twilight, Op. 21 núm. 3; Etude-Tableaux, Op. 39 núm. 2, la soprano agregó que una de sus piezas favoritas es O, do not Grieve!, Op. 14 núm. 814: “Significa ‘no te aflijas’, y es una canción en la cual la esposa fallecida le habla a su amado, a su esposo que le sobrevivió.
Ella le dice: no te aflijas, ya no hay sufrimiento y es mejor que pienses en mí con aquellos momentos brillantes con los que me recordabas, pero me preocupan tus sufrimientos y tu agonía.
“Creo que esta pieza es muy completa, porque tiene todas esas partes que la voz debe colorear para transmitir una gran paleta de estados de ánimo, desde el ‘no te aflijas’, al ‘yo estoy bien’ y el ‘recuérdame’, hasta la preocupación. Tiene unos cambios de color sumamente diversos que hay que transmitir vocalmente”.
Asimismo, añadió que el maestro Ritter tiene como favorita la última, The Muse (La musa), Op. 34 núm. 1, que está inspirada en la poesía de Pushkin, y detalló que el conjunto de piezas representa un reto vocal: “Sin duda, el de Rajmáninov es uno de los repertorios más difíciles de cantar, porque trata a la voz como un instrumento, algo en lo que se parece a Ludwig van Beethoven, pues exprimen todos los registros”, sin embargo, puntualizó que un aspecto fundamental es “transmitir esa sinceridad y carga emotiva que contienen”.
La cantante invitó al público a conocer la música del compositor y asistir a los conciertos: “La música de los grandes genios, como el caso de Rajmáninov, permanece en el tiempo y la emotividad, y aunque no entendamos el idioma o no seamos conocedores de todos sus universos, la música habla por sí misma. Estoy segura que si el público abre su emotividad y sensibilidad para dejarse conmover por sus armonías, pasarán un momento increíble, amén del dominio que tiene el maestro Ritter sobre las obras”.