Renuncia anticipada de Alejandro Murat; adelanta derrota electoral del PRI en Oaxaca

Entrelíneas

Murat-Hinojosa

Miguel Ángel Schultz

Quienes apoyan la postulación de Alejandro Ismael Murat Hinojosa como candidato del PRI a la gubernatura de Oaxaca, los invadió una gran alegría al enterarse de su renuncia como director general del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), al considerar que ésta representa, que el vástago del ex gobernador José Murat Casab, tiene en la bolsa la postulación del tricolor y que el proceso electoral en curso será un mero trámite, porque no habrá oponente que le impida ocupar el cargo de gobernador, que ocupó su padre de 1998 al 2004.

Sin embargo, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tiene rituales que ha ido construyendo desde su fundación, cuyo origen se remonta al 4 de marzo de 1929. La separación del cargo de Murat Hinojosa obedece más a un movimiento estratégico, diseñado por el experimentado político, que comprende que tiene que anticiparse para buscar la candidatura, si no es por el PRI, lo será por otro instituto o se irá de independiente, aunque ello conlleve a la derrota de su propio partido.

Aún y cuando Alejandro Ismael sea el candidato oficial del PRI, ello no implica que ese simple hecho lo convierta en ganador de los comicios a celebrarse el domingo 5 de junio de 2016. Es bien cierto, que tiene a su favor el rechazo de la población al Gobierno del Cambio de Gabino Cué, cuya administración ha sido un desastre de principio a fin y que ha demostrado que los anhelos democratizadores del pueblo de Oaxaca, que salió a partirse el alma en las calles en el 2006, no llegó a ningún lado ese sacrificio.

Murat Hinojosa tiene que apelar, para ser candidato de su partido, a su derecho de sangre, aunque dice que nació en Oaxaca, no ha tenido una residencia efectiva por cinco años. Los diputados de la 62 Legislatura local quitaron momentáneamente ese obstáculo, al modificar la ley estatal para bajar de cinco a tres años la residencia de quien aspire a ser gobernador de Oaxaca. Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) consideró esta modificación indebida y fue desechada.

José Antonio Hernández Fraguas, también aspirante a la candidatura del PRI, explica el artículo 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la que él hace énfasis al segundo requisito para ser gobernador, el cual es: “Ser nativo de la entidad federativa que corresponda, o contar con residencia efectiva de cinco años, anteriores al día de la elección”.

Hernández Fraguas en una carta publicada recientemente explica dicho artículo que contrasta con el artículo 23 de la Constitución local, que precisa que son ciudadanos oaxaqueños aquellos que han nacido en territorio oaxaqueño, ser hijo o hija de padre o madre oaxaqueño y, quienes teniendo una residencia de 5 años en el estado, deseen ser considerados como tales. Hernández Fraguas remata al precisar que ser hijo de oaxaqueño, no los convierte en residente del estado, requisito fundamental para ser gobernador.

Desde luego que los argumentos de los seguidores de José Murat y de Alejandro Ismael no cuentan, al considerarlo un criterio forzado, para impedir que sea candidato. En todo caso la polémica llegará a tribunales. Hay que tomar en cuenta otros elementos. Si la decisión está tomada por el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el primer priista del país, ello representa un enorme reto. Hay que recordar que José Murat, llegó a ser candidato del PRI a gobernador de Oaxaca, amenazando con irse al PRD, según la leyenda política, pasando por encima del ahora también aspirante a la postulación pero del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el diputado Federal José Antonio Estefan Garfías.

Sólo que ahora México no es el de 1998, ni Enrique Peña Nieto, es Ernesto Zedillo, ni está a final de su sexenio, ni hay una proximidad con un alzamiento armado, el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, tampoco hay el ascenso de un izquierda emergente, ni se ha dado una crisis como la de diciembre con su efecto tequila, que desfondo al país, y menos hay proximidad con el magnicidio de un candidato también del PRI, Luis Donaldo Colosio, que pudo ser el presidente de México. Es decir las circunstancias son distintas.

Además el grupo en el poder del país ya le mandó un mensaje a José Murat con lo publicado en febrero del presente año por The New York Times con la cabeza The Mexican Power Brokers, donde informa que “(José) Murat es jefe de una familia prominente de políticos mexicanos, la cual “ha adquirido una media docena de propiedades en los Estados Unidos”.

Algunos ven en la actitud de Alejandro Ismael Murat una actitud valiente, pero otros de franco reto, que prefiere él y su padre que su partido pierda, a que gane otro que no sea él, como dicen los buenos comerciantes, que no se dejan intimidar por las reglas del mercado “O bien podrido o bien vendido” o lo que es lo mismo detrás de mí el diluvio.

@MiguelAschulz

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