Miguel Ángel Schultz
La UNAM le rinde homenaje a Sergio Magaña, a 100 años de su natalicio, a través de una conferencia que se transmitirá en vivo, de acceso libre, a las 17 horas, este lunes 14 de octubre 2024 por YouTube y Facebook @CEPE VIDEOS, en la que participan: Fernando de Ita, Sergio Lagunas, Julio César López, bajo la coordinación de Alejandra Silva Lomelí
Sergio Magaña Hidalgo es uno de los más importantes dramaturgos de México. Nació en Tepalcatepec, Michoacán, el 24 de septiembre de 1924; muere en la ciudad de México el 23 de agosto de 1990.
Los críticos han escrito: “Sergio Magaña aportó al teatro mexicano aspectos notables tanto desde la perspectiva temática como desde las estructuras mismas de sus obras.
A lo largo de toda su dramografía podemos encontrar, lo mismo el espléndido manejo del melodrama, como obras con resonancias trágicas, así como formas cómicas y de la llamada pieza moderna. (Alejandro Ortiz Bulle-Goyri Universidad Autónoma Metropolitana UAM 2015 / 26 sep. 2017)”
Estudio en la Facultad de Derecho, carrera que no concluyó, y sí Letras Inglesas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); formó parte del grupo de teatro estudiantil Atenea con Emilio Carballido, Luisa Josefina Hernández, Miguel Guardia.
Formó parte de la llamada Generación Medio Siglo, llamada así por estar conformada por los que nacieron en los años 20 y publicaron en los 50s, del siglo pasada, entre los que se cuentan, Sergio Pitol, Inés Arredondo, Rosario Castellanos, Amparo Dávila, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska y Juan García Ponce entre otros más.
Carlos Monsiváis hizo referencia a la obra de Magaña, consideró que Los signos del zodíaco es “quizás y todavía lo más vital de nuestra literatura dramática”.
Fue catedrático de la Escuela de Arte Dramático del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA); agregado cultural en la embajada de México en Colombia, Colaboró con la revista América, de Roberto Guzmán Araujo; en el periódico Excélsior.
De sus principales obras se encuentran: Los suplicantes, El ángel roto, El padre nuestro, El reloj de arena, Los signos de zodiaco (dirigida por Salvador Novo puesta en escena en el Palacio Nacional de Bellas Artes el 17 de febrero de 1951, cuando Magaña tenía 26 años); en 1954 estreno Moctezuma II, cuyo personaje principal lo encarnó Ignacio López Tarso; Los motivos del lobo, Santísima entre otras obras más.
Cultivó diversos géneros literarios: la novela, la crítica teatral, el cuento y escribió diversas canciones, de las que unas le fueron “fusiladas” por algunos compositores de fama nacional, afirmaba el propio Sergio Magaña.
Participó en conciertos con José de Molina, Judith Reyes despertando las conciencias de los jóvenes del país aún con las heridas abiertas por la Matanza del 2 de Octubre en Tlatelolco del 68 y la masacre del 10 de junio de 1971; en una época donde criticar y mentarle la madre algún político podría significar la muerte.
Solo su genialidad lo puso a salvo, pero no así de la marginación de oportunidades para que su talento encontrará los foros teatrales y recursos para expresarse; con la calidad de su arte escénico cuestionaba la pobreza, la injusticia y la corrupción de las élites de poder de aquellos oscuros años de México.
A inicios de la década de los años 70s del siglo pasado optó por el “exilio provinciano”; respaldado por la Federación Estudiantil de Oaxaqueña fue nombrado director de la ahora Facultad de Bellas Artes, por el entonces rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Rubén Vasconcelos Beltrán.
Su aportación a la cultura y al arte en Oaxaca aún está presente.
Vinculó el arte y la cultura que producía la Universidad a las causas sociales dejando la cultura y el arte diletante, respaldando a los universitarios que representaban para el pueblo una esperanza de justicia, mínima frente a la miseria, pobreza y abusos del gobierno de caciques, que no tenían freno para sus tropelías.
Asimismo impulsó la creación del Cuarteto de Cuerdas, la Orquesta de Cámara, el Grupo de Jazz. Inició los conciertos en las iglesias de Oaxaca, que fueron criticados por sectores conservadores de Oaxaca, rompiendo con ello atavismos sociales; se inició el Cine Club en coordinación con la Filmoteca de la UNAM, al que era asiduo espectador el artista Francisco Toledo.
Es decir la propuesta de Sergio Magaña fue apostar a la formación académica en el arte de los universitarios para que tuvieran herramientas lúdicas para la toma de conciencia social, por lo que más temprano que tarde se dieron conciertos de jazz en apoyo a esas causas, se elaboraron carteles desde la sección de artes plástica invitando a mítines y marchas, de una calidad y belleza impecable, de los que ninguno, por desgracia, se conservan hoy en día al haber sido pegados con engrudo en los muros, paredes de la ciudad de Oaxaca y en los camiones de transporte de pasajeros, que los cuerpos policiacos los retiraban lo más rápido posible.
Desde Bellas Artes respaldó el proceso clandestino de organización que permitió el surgimiento de los sindicatos independientes, de los que sobreviven el Sindicato Independiente “3 de Marzo” de Trabajadores al Servicio del Municipio de Oaxaca de Juárez; el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca; la recuperación de tierras de ejidos, comunidades y la fundación de colonas populares.
Trajo a Oaxaca a artistas e intelectuales de primera línea como la crítica de arte Raquel Tibol y al poeta Carlos Pellicer.
En Bellas Artes hizo el estreno mundial de la pastorela “El que vino hacer la guerra western en un solo tiro”, parodia del nacimiento de Jesús, cuyo contenido escandalizó a las buenas conciencias oaxaqueñas, al presentar a José como impotente sexual por lo que María se embaraza de otro hombre, cuyo hijo, Jesús, trajo el mensaje de la rebelión, de la lucha armada para terminar con los opresores y crear una sociedad amorosa.
En la ciudad de México existe un teatro lleva su nombre, que se ubica en la calle Son Juan Inés de la Cruz de la colonia Santa María la Ribera, inaugurado el 26 de julio de 1991.
En la ahora Facultad de Bellas Artes Sergio Magaña ha sido olvidado, al igual que se olvidaron del cuadro de Siqueiros que ahí se encontraba; como se ha olvidado el violín de Macedonio Alcalá resguardado en una urna de vidrio que estaba en la dirección del plantel; los cuadros de la época virreinal que salieron prestados a un evento de una agencia de alquiler de autos que no regresaron o el robo, mutilación de libros y revistas de artes plásticas donadas por el pintor Francisco Toledo, ello en el siglo pasado.
A pesar de todo a Sergio Magaña le fue bien en el olvido, si tomamos en cuenta el destrozo que mandó hacer otro director, en la década de los 80s del siglo XX, Jorge Alcalá, de un órgano Alemán, siglo XIX, porque estorbaba para ampliar una sala.
A hachazos lo hizo leña, dada a las vendedoras de empanadas y memelas que se encuentran en el Jardín Sócrates (de la Soledad), que están junto al ex Convento de San José, sede de Bellas Artes.
En diciembre de 1991, hace 33 años, el director de teatro Sergio Santamaría escenificó la pastorela El que vino hacer la guerra” en el patio del ex convento que ocupa Facultad de Bellas Artes de Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, mismo lugar que la montó y dirigió Sergio Magaña, años atrás.
@MiguelAschultz