Por Horacio Corro Espinosa
Para el 8 de mayo de 2018
La inseguridad física es una preocupación creciente de la población. En algunas regiones de la entidad oaxaqueña parecen abundar los secuestros, en otra los levantones, en otra más la extorsión, y así, el derecho de piso, los huachicoleros, los robos, etcétera.
Todo esto tiene asustado a Oaxaca. El común denominador es un conjunto de maleantes que han optado por la vida fácil en lugar de aceptar las reglas más esenciales de la convivencia humana.
La violencia no sólo se da en las ciudades con mayor número de habitantes, también en las más pequeñas se han registrado hechos de inseguridad. Parece que nada ni nadie puede detener a la delincuencia.
A pesar de los cientos y cientos de litros de sangre derramada, el gobernador del estado de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, asegura que vivimos en una entidad en paz.
Nunca en la historia de Oaxaca, de acuerdo con estadísticas, la delincuencia había crecido tanto. Esto se disparó mucho más a partir del gobierno muratista.
El problema delincuencial está en ascenso, y se refleja en la creciente sensación de inseguridad de los habitantes. Hay que recordar que todos los oaxaqueños vamos en el mismo barco.
En estas campañas, todos los candidatos prometen más recursos para Oaxaca. Recursos a favor de la rehabilitación de los espacios públicos, recursos para el campo, recursos para esquemas de salud, recursos para la reconstrucción de Oaxaca, en fin. Vamos a suponer que estas promesas sean ciertas. Pero ¿quién de los candidatos nos puede decir en qué parte del mundo alguien puede funcionar normalmente en su trabajo si padece inseguridad?.
En este tiempo de numerosos medios de comunicación, ya no hay necesidad de sentarse a esperar un análisis delictivo en el estado, porque de los hechos violentos nos enteramos a cada ratito por las redes sociales. Así pues, solo para darnos una idea de la descomposición social en que vivimos, habrá que decir que en las últimas dos semanas se registraron 50 homicidios, y sobre esa sangre, Murat Hinojosa, declaró que Oaxaca está en paz.
Sólo con los datos de las dos últimas semanas, se puede uno dar cuenta que la incidencia delictiva se ha incrementado tanto en número como en espectacularidad. Ante esto, se ha acrecentado el sentimiento de insatisfacción de seguridad pública en la población.
Aun así, el secretario de Seguridad Pública en Oaxaca, Raymundo Tuñón, declaró hace varias semanas, con todo cinismo, que “no estamos tan mal”.
Con todo lo que vemos, a veces uno piensa que la delincuencia se ha fortalecido no por la incapacidad de la policía, sino por el contubernio que algunas bandas mantienen con los jefes policiacos.
El día en que el secretario de Seguridad Pública de Oaxaca compareció ante los diputados, increíblemente, ¡se hizo a puerta cerrada!.
Hace dos meses el gobernador del Estado dijo que los niveles de inseguridad en Oaxaca son mínimos, mientras que Tuñón, decía que la delincuencia aumentó un 12 por ciento. Fíjense nada más lo que pasa cuando habla la irresponsabilidad.
Antes de que se sigan enojando los lectores por la incapacidad de nuestras autoridades, les voy a repetir las palabras de Alejandro Murat: “La buena noticia es que Oaxaca está en paz”.
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