Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
Los daños que siguen arrojando las protestas de los normalistas y la Sección 22 del SNTE-CNTE, afortunadamente de regreso a las aulas, son incuantificables en la educación de los niños y jóvenes oaxaqueños, en personas encarceladas, en vidas sacrificadas y pérdidas económicas, ya que han sido afectados, según lo expresa el sector productivo, más de 20 mil centros de trabajo con pérdidas de miles de millones de pesos.
No podemos decir que toda la responsabilidad es de los trabajadores del sistema educativo, ya que esto es resultado de una política de imposición del gobierno, que no le importa el bienestar del pueblo, sino satisfacer los apetitos del capital, ni siquiera mexicano, sino extranjero. Sino veamos a quienes benefician las reformas estructurales.
Para algunos sectores de la llamada izquierda, criticar la protesta social violenta resulta una herejía, por lo que hay que demostrar sumisión al autoritarismo, supuestamente de izquierda, por lo que condenar por ejemplo, lo que ahora hacen los jóvenes normalistas, que aseguran que al luchar por los intereses del pueblo, arremeten contra los derechos más elementales de los que dicen defender, cuando en realidad están peleando por sus intereses, lo que es válido.
En este mar de intereses confrontados, del otro lado hay quienes incluso lanzan llamados a enfrentar violentamente a los inconformes, e incluso identifican a dirigentes, dónde estudian los hijos de estos líderes, las escuelas a las que asisten, aunque sólo los mueve justificar las prebendas que reciben por jugar el papel de jueces y de ministerios públicos de los derechos de los poderosos.
Otros más ven la oportunidad de aprovechar estos momentos de volverse interlocutores de los afectados, en esta revuelta de intereses, que existen tanto en Oaxaca como en varias entidades del país, principalmente Guerrero, Chiapas y Michoacán.
Se ofrecen como interlocutores de la sociedad, pero el verdadero interés que existe no es el resarcir daños, que es obligación de los gobiernos municipal, estatal y federal; para seguir amasando su capital político, que puedan canjear más adelante por una presidencia o regiduría municipal, diputación local y federal o una senaduría, las cuales están al alcance de la mano, en los comicios federales que se avecinan del 2018.
El martes pasado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, recibió a algunos representantes de organizaciones patronales y de comerciantes, cuya generalidad es que son del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Encabezados por la diputada federal, Mariana Benítez Tiburcio, quien rindió su primer informe de gobierno el pasado miércoles, que resultó todo un acontecimiento político social, como de quien cumple quince años, adosado con el ingrediente del poder.
Por lo que la visita de la legisladora a la Secretaría de Gobernación (SEGOB) fue estar en los cuernos de la luna, lo que le permitió mostrar músculo ante Osorio Chong. Quien ahora y con el descalabro del ex secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, por la visita al país de Donald Trump, ha quedado Osorio Chong como el más firme suspirante del PRI como precandidato a la presidencia de México para el 2018.
Sin embargo, hay que recordar que Benítez Tiburcio, no es la única diputada que representa a Oaxaca, sino que en la 63 Legislatura Federal hay en total 20 diputados y diputadas más. Desde luego que el PRI suma con ella 9; PRD 6, Morena 2; PAN 1; Nueva Alianza 1 y el Partido Verde 1.
En estos momentos tan complicados tanto para Oaxaca como para el país, la única medicina que existe para salir de esta descomposición social y del poder que nos mal gobierna, es la democracia y respetar los ámbitos institucionales.
Por ello, ante esta crisis de gobernabilidad en Oaxaca, que obliga a reparar los daños, elaborar un programa de activación económica, debe integrarse una instancia que represente la pluralidad política e ideológica de Oaxaca.
Se debe llamar a todos los sectores afectados para que los recursos que deben fluir de manera inmediata no estén acaparados por un partido, en este caso el PRI; sino garantizar que lleguen a quienes han sido afectados en su economía y en sus derechos que deben ser reparados.
Por ello, los 20 diputados y tres senadores por Oaxaca deben estar en las mesas de diálogo con las autoridades y ser los que convoquen al pueblo de Oaxaca, para que los daños sufridos sean reparados.
Asimismo, es urgente transparentar la utilización de los recursos públicos que han sido destinados al sector empresarial, porque no podemos llamarle sector empresarial a los cuates metidos de empresarios de los funcionarios, ni los funcionarios que metidos a políticos han llenado sus alforjas del dinero público.
@MiguelAschulz
