* Conoce 21 casos de homicidios de defensores y uno que se encuentra en calidad de desaparecido
* Considera la CNDH necesario unir esfuerzos para proteger de agresiones a defensores de derechos humanos
México, DF., 08-nov-2014.- Mientras que de 2005 a 2009 se solicitaron 16 medidas cautelares en favor de personas defensoras de derechos humanos, en el periodo 2010 a diciembre de 2013, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) requirió en 34 ocasiones a la autoridad la protección de personas defensoras.
Similar tendencia se tuvo en el número de quejas, ya que mientras en el periodo de 2005 a 2009 fue de 107 quejas, en el periodo de 2010 a diciembre de 2013 fue casi del doble: 214 escritos de queja por agravios a luchadores civiles; conoció de 21 casos de homicidios de defensores y uno que se encuentra en calidad de desaparecido.
La mayoría de las denuncias fueron por violación al derecho a la seguridad jurídica, a la legalidad y a la integridad y seguridad personal. Estos defensores enfrentan situaciones críticas de violencia, amenazas, secuestro, tortura, detenciones arbitrarias e incluso privación de la vida.
Es tal su estado de indefensión que resulta necesario otorgarles una efectiva protección, para lograr una repercusión multiplicadora y positiva en la salvaguarda de los derechos de la sociedad.
Para la CNDH, que preside Raúl Plascencia Villanueva, es necesario unir esfuerzos, gobierno, sociedad civil y los Ombudsman del país y tomar medidas urgentes para erradicar las agresiones a defensores y defensoras de derechos humanos.
La CNDH reconoce la importante labor que desempeñan las personas defensoras de derechos humanos al apoyar a diversos grupos en situación de vulnerabilidad y considera que se deben diseñar nuevas estrategias y programas para protegerlos.
Sostiene que las y los defensores de derechos humanos realizan una labor fundamental en la consolidación del Estado de Derecho y de una sociedad democrática, ya que coadyuvan con el deber del Estado de promover y proteger los derechos más esenciales de las personas, a través de las acciones que realizan en favor de la promoción y defensa de los mismos.
El peligro que entraña su labor los ubica en una situación de especial inseguridad, lo cual obliga al Estado a llevar a cabo acciones más efectivas en materia de protección.
La CNDH destaca la situación de vulnerabilidad a que son expuestos estos ciudadanos, quienes durante el ejercicio de su labor se enfrentan a normas culturales que favorecen los prejuicios, la exclusión y el rechazo por parte de las autoridades e, incluso, de la misma sociedad.
Por ello, la CNDH reafirma su apertura al diálogo con defensores integrantes de organizaciones civiles, activistas sociales individuales y con las autoridades encargadas de otorgarles protección.
Reitera su compromiso de monitorear, dar seguimiento y realizar investigaciones serias y contundentes respecto de la situación particular de las y los defensores, así como dar seguimiento puntual a cada una de las denunciadas presentadas con motivo de violaciones a sus derechos.
A fin de impedir que queden impunes estos ataques, la CNDH exige a éstos y a todos los ciudadanos, atención expedita y profesional por parte de los servidores públicos de los tres ámbitos de gobierno.
Es necesario que se actúe con la debida diligencia en la investigación y procesamiento de los responsables, pero principalmente en las medidas de prevención para proteger su importante labor.