Desde la mañana de este martes, comenzaron a formarse largas filas para ingresar el recorrido por magistrales representaciones que provocaban la admiración de turistas y oaxaqueños, quienes reconocían el esfuerzo y dedicación de las manos oaxaqueñas que hacen posible verdaderas obras de arte.
Francisco Armando, del Distrito Federal, felicitó a los participantes por la exposición en la que plasman sus inquietudes e ideas hacia al turismo, dijo, que bueno que esta tradición siga vivía con cada uno de los diseños que muestran los artesanos.
Consideró que Oaxaca es una tierra llena de cultura que cada vez enamora a más gente, “cada visita a esta tierra es una aventura nueva”.
Mónica Chagollán, originaria del estado de Sinaloa, visitó por primera vez la “Noche de Rábanos” y a su paso por la exposición, miraba admirada cada una de las figuras, elaboradas de manera artesanal por hombres, mujeres y niños que conservan esta tradición ancestral.
“El próximo año seguro que regreso”, dijo emocionada después de concluir el recorrido por las piezas de totomoxtle realizadas por jóvenes de los Valles Centrales de Oaxaca.
Por su parte, Mario David Camacho Palacio, de la ciudad de Querétaro, celebró la preocupación de las autoridades por preservar estas tradiciones, y tesoros de los oaxaqueños.
“Quienes conocemos parte de la mágica Oaxaca, sólo podemos maravillarnos con cada una de estas piezas que exponen todo aquello que ha hecho a este estado maravilloso, que bueno que la tradición continúe heredándose a las futuras generaciones”, puntualizó.
Durante cerca de 12 horas, personas provenientes de todas partes del estado, el país y algunas del mundo, apreciaron representaciones de la Virgen de la Soledad, La Guelaguetza, las tradicionales calendas, alebrijes, figuras caprichosas, sitios emblemáticos y un sinfín de muestras culturales que hacen de Oaxaca un estado rico e inigualable.
“Todo lo que ustedes ven, es parte de nuestra esencia, lo que nos fortalece y nos hace sentirnos orgullosos de ser oaxaqueños”, asegura la señora Mercedes Espino Martínez, vecina de San Antonino Castillo Velasco, quien esta noche acudió a disfrutar de las tradiciones oaxaqueñas.
Los escultores tallaron los rábanos y crearon escenas de otras tradiciones mexicanas, como La Guelaguetza o también con diseños para crear conciencia.
El espíritu oaxaqueño se mantiene vivo en esta tradición centenaria que, como antaño, reúne en el zócalo capitalino a la población oaxaqueña, quienes hospitalarios y orgullosos muestran a sus visitantes la magia y alegría de su folclor que traspasa fronteras.
