Por Horacio Corro Espinosa
Por más que me esfuerzo, creo que mi cabecita no da para tanto. Desde ayer me estoy preguntando por qué el Presidente Municipal de Oaxaca, Luis Ugartechea, saca una idea tan descabellada como la campaña “Quiero mi ciudad sin bloqueos”.
Tal vez sea una estrategia de los del Partido Acción Nacional, porque hace años, cuando Luis de Guadalupe Martínez Ramírez, era presidente municipal de Huajuapan, (aquí quiero anotar al margen, que este señor, hoy diputado local, quiere volver a ser el presidente por ese municipio) convocó a la ciudadanía para desalojar, creo, no recuerdo exactamente, a los taxistas foráneos del centro de la ciudad. A esa convocatoria, la gente salió con palos y piedras en mano para enfrentarse a los taxistas. Esa actitud, también descabellada –creo que a Luis de Guadalupe, no le queda ese calificativo– no sólo expuso a la ciudadanía, sino en grave riesgo a los manejadores del volante.
Ayer, Luis Julián Ugartechea Begué, comenzó su campaña en contra de los bloqueadores de calles, a través de firmas de la ciudadanía. Yo no sé si este señor sabe cuál es la función de su gobierno. Es cierto que el gobierno afecta nuestras vidas cotidianamente, y existe por la razón de controlar el mal comportamiento y para dirigir a los ciudadanos. Si vemos a nuestro alrededor, siempre existe una estructura de autoridad y función. Por ejemplo, las colonias de insectos muestran un cier¬to nivel de orden, pero esto se debe a su instinto genéticamente controlado. En cambio nosotros, por naturaleza, buscamos el orden por medio de estructuras gubernamentales.
La base del gobierno civil se fundamenta en nuestra naturaleza, y como tal, requiere un sistema gubernamental basado en la responsabilidad humana. Entonces, si el gobierno civil se basa en la responsabilidad humana, la necesidad de un gobierno se deriva de la necesidad de controlar el desorden, la anarquía. El gobierno existe para restringir la maldad. Por ejemplo, la anarquía no es una opción posible, es por eso que requerimos de un control externo.
A Luis Ugartechea, el día que se le tomó protesta como Presidente de este municipio, se le dieron tres responsabilidades políticas: la espada de justicia (para castigar a los delincuentes), la espa¬da del orden (para evitar la rebelión) y la espada de la guerra (para defender al municipio). Es lo mismo que las palabras que dijo que prometía cumplir y hacer cumplir…
Se me hace que hay varios enojados por lo que estoy diciendo. Pero si tú fuiste a firmar para apoyar la campaña de Luis Ugartechea, creo que no tienes muy claro para qué sirve el gobierno. Si lo hiciste para hacerte cómplice del gobierno pazguato, entonces no te quejes de los bloqueos, porque con tu firma, estas disculpando al gobierno de Ugartechea, por el poco esfuerzo que ha hecho en contra de los que nos han cerrado las calles. Estas indultando al gobierno de Ugartechea, porque casi a tres años de su mandato, no te ha defendido, sino hasta ahora, que se acercan las elecciones.
Discúlpenme, ciudadanos oaxaquenses, si se sienten ofendidos. A la mejor otros, en este momento, se están dando cuenta de lo que hicieron ayer con su firma. Comentar esto, es hacer que los políticos regresen a su tarea original. El gobierno municipal es una esfera legítima de servicio. Y todos, creo, debemos preocupamos por la jus¬ticia social, y debemos ver a la acción gubernamental como un instrumento válido para procurar la justicia.
Vamos a suponer que de verdad Luis Ugartechea, ahora sí quiera meter las manos por la ciudadanía. Olvídense de que están cerca las elecciones y que con esto le da cobijo a su candidato. Llega el día en que en realidad se presenta el presidente frente a los bloqueadores con su espada desenvainada, como debe de ser, pero se le pasa la mano por no obrar de acuerdo a las leyes. Entonces, ¿quién es el responsable?, pues en parte el pueblo quien le dio todo el poder a su presidente y desechó las leyes. La firma es quitar restricciones a la autoridad. Es dar un poder sin límites que puede derivar en una fuerza corruptora.
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