Uno de cada siete niños y adolescentes sufre trastornos mentales

Alrededor de uno de cada siete niños y adolescentes de entre 10 y 19 años padece trastornos mentales, siendo los más frecuentes la ansiedad, la depresión y los trastornos del comportamiento, según un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia publicado el miércoles. 

Además, un tercio de los trastornos mentales aparecen antes de los 14 años y la mitad antes de los 18.

Publicado en vísperas del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra anualmente el 10 de octubre, el informe pretende apoyar la transformación de los servicios de salud mental para niños y adolescentes, subrayando la importancia de una actuación temprana como ingrediente esencial para que los niños y los jóvenes desarrollen todo su potencial.

Inaccesibilidad de los servicios de salud mental

A pesar de la necesidad de actuar, el acceso a los servicios sigue siendo en gran medida inaccesible.

La mayoría de los jóvenes que experimentan síntomas preocupantes de salud mental no pueden acceder a la atención debido a barreras sistémicas como la escasa disponibilidad de servicios, los costes inasequibles y el estigma que les impide buscar ayuda.

Además, aunque la financiación pública y los recursos humanos destinados a los servicios son escasos en todo el mundo en general, los dirigidos a niños y adolescentes son particularmente inaccesibles, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios.

«Debemos tomar medidas para garantizar que las intervenciones basadas en pruebas y adecuadas a la edad estén disponibles y sean asequibles para todos», ha declarado Dévora Kestel, directora de Salud Mental, Salud Cerebral y Uso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«Todos los países, independientemente de sus circunstancias, pueden hacer algo para mejorar significativamente la salud mental de sus niños, jóvenes y sus familias», añadió.

Modelo basado en la comunidad

El informe estipula que el apoyo a la salud mental de niños y adolescentes debe ser un esfuerzo colectivo. Aunque no existe un modelo único que sea el mejor, el reporte ofrece ejemplos de todo el mundo que muestran lo que se puede conseguir en distintos entornos.

«La salud mental y el bienestar de los niños, los adolescentes y sus familias no pueden abordarse de forma aislada. Debemos integrar los sistemas de salud, educación, protección social y apoyo comunitario para construir una red integral de servicios de salud mental para los jóvenes», ha declarado Fouzia Shafique, directora Asociada de Salud de UNICEF.

El informe también llama la atención sobre los millones de niños con problemas de salud mental que están institucionalizados en todo el mundo, a pesar de tener familia, y sostiene que esta práctica viola sus derechos humanos y conduce a malos resultados sanitarios y sociales.

Eliminación progresiva de la atención institucional

El informe pide que se elimine progresivamente la atención institucional en favor de servicios basados en la comunidad que permitan a los niños crecer en el seno de sus familias y comunidades, garantizando la continuidad de su educación, sus relaciones sociales y su desarrollo general.

«Es nuestra responsabilidad colectiva dar prioridad a su salud mental como parte del bienestar general de niños y adolescentes», afirmó Shafique.

Además, un tercio de los trastornos mentales aparecen antes de los 14 años y la mitad antes de los 18.

Publicado en vísperas del Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra anualmente el 10 de octubre, el informe pretende apoyar la transformación de los servicios de salud mental para niños y adolescentes, subrayando la importancia de una actuación temprana como ingrediente esencial para que los niños y los jóvenes desarrollen todo su potencial.

Inaccesibilidad de los servicios de salud mental

A pesar de la necesidad de actuar, el acceso a los servicios sigue siendo en gran medida inaccesible.

La mayoría de los jóvenes que experimentan síntomas preocupantes de salud mental no pueden acceder a la atención debido a barreras sistémicas como la escasa disponibilidad de servicios, los costes inasequibles y el estigma que les impide buscar ayuda.

Además, aunque la financiación pública y los recursos humanos destinados a los servicios son escasos en todo el mundo en general, los dirigidos a niños y adolescentes son particularmente inaccesibles, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios.

«Debemos tomar medidas para garantizar que las intervenciones basadas en pruebas y adecuadas a la edad estén disponibles y sean asequibles para todos», ha declarado Dévora Kestel, directora de Salud Mental, Salud Cerebral y Uso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«Todos los países, independientemente de sus circunstancias, pueden hacer algo para mejorar significativamente la salud mental de sus niños, jóvenes y sus familias», añadió.

Modelo basado en la comunidad

El informe estipula que el apoyo a la salud mental de niños y adolescentes debe ser un esfuerzo colectivo. Aunque no existe un modelo único que sea el mejor, el reporte ofrece ejemplos de todo el mundo que muestran lo que se puede conseguir en distintos entornos.

«La salud mental y el bienestar de los niños, los adolescentes y sus familias no pueden abordarse de forma aislada. Debemos integrar los sistemas de salud, educación, protección social y apoyo comunitario para construir una red integral de servicios de salud mental para los jóvenes», ha declarado Fouzia Shafique, directora Asociada de Salud de UNICEF.

El informe también llama la atención sobre los millones de niños con problemas de salud mental que están institucionalizados en todo el mundo, a pesar de tener familia, y sostiene que esta práctica viola sus derechos humanos y conduce a malos resultados sanitarios y sociales.

Eliminación progresiva de la atención institucional

El informe pide que se elimine progresivamente la atención institucional en favor de servicios basados en la comunidad que permitan a los niños crecer en el seno de sus familias y comunidades, garantizando la continuidad de su educación, sus relaciones sociales y su desarrollo general.

«Es nuestra responsabilidad colectiva dar prioridad a su salud mental como parte del bienestar general de niños y adolescentes», afirmó Shafique.

Miguel Ángel

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