El 80 por ciento de los padres que maltratan a sus hijos también fueron violentados y repiten el patrón de conducta
Torreón, Coahuila.- El incremento del estrés, propiciado por la crisis económica y el entorno social de inseguridad que se vive, ha originado que la violencia hacia los niños aumente y se use como una forma de “desahogarse” por parte de los padres, quienes ya no toleran la presión y atentan física y mentalmente contra sus hijos.
De acuerdo con el Hospital Infantil Universitario (HIU) Torreón, las personas adultas sufren desesperación por no contar con un ingreso monetario ante la ausencia de trabajo, además de que el 80 por ciento de los padres que maltratan a sus hijos también fueron violentados y repiten el patrón de conducta.
El director del Departamento de Enseñanza e Investigación Médica del nosocomio, Domingo García Alcantar, reveló que son las mujeres las que más abusan de sus hijos, esto, como consecuencia de pasar mayor tiempo al pendiente de su cuidado.
“Me ha tocado entrevistar a padres de familia que en un principio niegan el delito, pero al demostrarles que atentaron contra sus hijos sueltan el llanto y confiesan que también pasaron por la misma situación”, señaló.
Lamentó que “el problema no sea tan simple como parece”, ya que por un lado se puede actuar de manera legal, pero los infantes se quedarían sin un adulto que los supervisara, sin embargo si continúan como responsables, se corre el riesgo de seguir con el daño.
Expuso que cuatro de cada 10 menores reciben algún maltrato que va desde la agresión física, sexual, psicológica y emocional.
“Y son niños que crecen con temor y retraídos, quienes posteriormente también ejercerán violencia cuando sean adolescentes o adultos, porque crecieron en un mal ambiente y ahí es cuando surge la tolerancia a la violencia porque creen que es normal ya que así lo vivieron”, enfatizó.
El mayor índice de niños violentados se ubica en la etapa preescolar, es decir, de los dos a los seis años, según precisó García Alcantar.
Además, detalló que los maltratos más comunes son por medio de quemaduras y golpes con algún artefacto.
“Les apagan los cigarros en las mejillas o en los pabellones auriculares; las quemaduras son frecuentes, pero también las fracturas de huesos largos, hematomas, las escoriaciones y marcas que dejan los objetos con los que les pegan”.
