Abrió Mario Lavista espacios sociales para la creación, destacan en la Cátedra Jesús C. Romero

* Ana Alonso Minutti, catedrática de la Universidad de Nuevo México, abordó en conferencia el quehacer del compositor mexicano

Ciudad de México.- A través de sus colaboraciones con diversos músicos, Mario Lavista abrió “espacios sociales” para la creación, lo que permitió explorar nuevas posibilidades para la música.

Esta reflexión fue presentada por la musicóloga Ana Alonso Minutti durante su participación en la Cátedra Jesús C. Romero 2024, la cual se llevó a cabo hasta este viernes 17 de enero, con la realización de seminarios, conferencias y un concierto de clausura en homenaje a Mario Lavista, con la participación del pianista Mauricio Náder.

Ana Alonso, catedrática de la Universidad de Nuevo México y autora del libro “Mario Lavista: mirrors of sounds”, explicó que analizar el quehacer del creador, a través de una mirada interseccional (decolonial y feminista) pero también desde la dimensión de los afectos, permite acercarse de una manera distinta a su trayectoria.

Lavista, creador de obras orquestales, de cámara, para instrumentos solistas, electrónica y electroacústica, así como para cine, radio y exposiciones gráficas, mostró una notable interacción con otras artes y una interrelación con otros artistas.

“Cualquier acercamiento a la estética lavistiana debe partir de una premisa central: Lavista fue un compositor relacional, que escribió música no sólo para sí mismo, sino para y con otras personas, estableciendo relaciones afectivas con intérpretes, poetas, escritores y pintores”, afirmó Alonso.

Detalló que, desde esta perspectiva, la música de Lavista se vuelve un “espacio social”, donde se pueden encontrar citas de otras obras, sean literarias, pictóricas o sónicas, autocitas, así como la presencia de aquellos músicos con quienes colaboró, pero también es un espacio para el oyente.

Alonso destacó que este proceso dio lugar a diversas obras para instrumentos no convencionales a finales de la década de 1970, como Canto del alba con la flautista Marielena Arizpe, Dusk con el contrabajista Bertram Turetzky, Marcias con la oboísta Leonora Saavedra y Ofrenda con el flautista Horacio Franco, entre otras, que definieron lo que hoy se conoce como el estilo lavistiano.

La musicóloga mencionó que muchas de las iniciativas del compositor, fallecido en 2021, estuvieron marcadas por este enfoque colaborativo, como la revista Pauta, publicada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal).

El concierto en homenaje a Lavista, a cargo del concertista de Bellas Artes, Mauricio Náder, incluyó las obras Jaula (1976), Tango del adulterio (1979), Apuntes de Nocturno en Mi bemol op. 55, núm. 3 (Posth) [de Chopin] (1980), Preludio núm. 3 y Preludio n.o 4 [en recuerdo de Eduardo Mata] (2005) y Tango rag (2006), realizado en colaboración con la Coordinación Nacional de Música y Ópera.

El evento fue organizado por el Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) Carlos Chávez, de la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas del Inbal (SGEIA-Inbal), con transmisión en vivo a través de la página de YouTube del Cenidim Inbal: https://www.youtube.com/@CenidimINBA

josé

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