por Horacio Corro Espinosa//
Lo más seguro es que el delegado especial del PRI con funciones de secretario general, Alejandro Avilés Álvarez, junto con José Murat y Ulises Ruiz Ortiz, hayan orquestado la salida del delegado presidente del Comité Directivo Estatal, Salvador Sánchez Vásquez, para que pudieran hacer de este partido lo que se les antoje.
Estos dos grupos diabólicos, el de Ulises y Murat, tuvieron que amafiarse para chispar, no sólo del partido priísta, sino de la entidad oaxaqueña, a Salvador Sánchez.
Ayer, Ulises y Murat, se tomaron de la mano para repartirse posiciones que les retribuirá económicamente.
La gente despistada cree que el circo de ayer, donde se realizaron 29 nombramientos, fue un acto verdaderamente democrático. No se crean, del PRI oaxaqueño no puede salir nada bueno. La mayoría de los nombrados no sabe lo que es lealtad, lo que es tener legítima pasión y humanidad por Oaxaca. Ellos no conocen lo que es la ética política. Muchos de ellos tienen antecedentes penales o han estado o han sido protagonistas de los escándalos más sonados en el país.
Como oaxaqueño, me avergüenza imaginar que el resto del país nos juzgue por nuestros políticos. Desde luego que Oaxaca tiene políticos que estéticamente son más presentables que otros, pero todos ellos, aquí incluyó a los del PAN, a los del PRD, a los de Nueva Alianza, etc. etc.
Conservan en el interior de su ser, un sarro de priísmo rancio que no podrán librarse de él, pues en todas sus actividades lo han utilizado como una herramienta principal para sus trabajos y sus pillerías políticas.
Lo que sucedió ayer en el PRI, hoy permea en la vida de todos los oaxaqueños, aún no estés interesado en las cuestiones políticas. No hacer política es otra forma también de hacer política. La inmundicia política priísta que se ejerció ayer, desfigura y enferma a toda la sociedad.
Todo ese espectáculo, en realidad me alarma. Hoy, el PRI oaxaqueño se ha convertido en el escenario de luchas de lodo mediante un sustancial patrocinio: Ulises Ruiz Ortiz y José Murat Casab. Si se dan cuenta, estos dos personajes son los únicos y verdaderos dueños de la pelota oaxaqueña. En verdad, todo es un espectáculo deshonroso, pero lo que está pasando en el PRI es la indecencia misma.
¿Cómo se atreven este dizque políticos, a hacerse pasar por políticos si su misma presencia la denigra?
¿Que no sintieron pena al haberse parado ayer en las oficinas del PRI cuando meses atrás dieron su fuerza por otro partido político? ¿Cómo se atreven estos delincuentes, bandidos, tramposos, ventajosos que se alquilaron a otros partidos políticos en contra del PRI a suponer que tienen algún derecho de ser parte de un partido que dice buscar la unidad?
No tienen la menor autoridad moral. Lo único que tienen es su fama pública de que son traidores, oportunistas, mezquinos, intrigantes, incultos, carentes de patriotismo, pero eso sí: con las bolsas llenas de dinero porque se paran sólo donde hay. Y eso que presumen de que toda su vida la han dedicado al servicio público. Si traducimos estas palabras, quiere decir que su fortuna proviene del robo.
Ustedes, que en sus discursos quieren ayudar a construir y a “servir” a Oaxaca, no sirven para nada. Son leprosos morales y eso es incurable. Si hoy fueran las elecciones, nadie votaría por el PRI en estas condiciones, porque votar por ustedes sería hacerse su cómplice.
Si ustedes creen que no existe la memoria, la mayoría de los oaxaqueños los señalarán cuando anden en la calle y se harán a un lado para que ustedes pasen por qué lo suyo es contagioso.
Hay quienes piensan que por juntarse Murat y Ulises, para repartirse el PRI, se acortará el camino para el verdadero cambio. Yo no pienso así. Yo creo que el bien para Oaxaca, llegará cuando los ciudadanos expulsemos de nuestro espíritu a ese embozado priísta que nos habita.
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