“Que corra el agua compadre”. Hay de todo, en especial mezcal y cerveza. Y Las apuestas para el caballo colorado de San Isidro son mayor, apúrele porque ya están los potros en su carril; apuéstele o póngale más lana, decía ante la muchedumbre, el animador de la competencia de la carrera de caballos en la comunidad de San Andrés Zautla, Etla.
Y la noche del grito de Independencia de México, en el domicilio del señor Francisco Mendoza Chávez, de esta población concurrieron varios jugadores, vecinos de las comunidades aledañas para la pelea de gallos, con los mismos signos; alcohol suficiente entre los asistentes que se dieren animo a las apuestas.
Así se dieron los juegos de azar en esta población eteca, se realizaron sin permiso de las autoridades competentes y en complicidad con la local, el juego de azar está prohibido por la Ley con fines lucrativos, excepto las de carácter social, familiar o empresarial, siempre y cuando cumplan con una serie de requisitos establecidos dentro del marco jurídico, según el último Proyecto de Ley. Para operar juegos de azar, hay que cumplirles a los dictados fiscales.
Los juegos de azar arrojan solamente dos resultados, se gana o se pierde y luego a veces se propicia las inconformidades entre los participantes, en algunos casos salen a relucir armas de fuego como ya ocurrió hace dos años en esta comunidad, comentó uno de los lugareños.
Pero en fin, en el marco de las fiestas patrias. Eran las cinco de la tarde del día de 16 de septiembre del año en curso, después de que la señorita América de esta población cantó las estrofas del Himno Nacional en un acto cívico en el palacio municipal; a un costado del paraje “el Palenque”, el señor Ricardo y ayudantes coordinaban las carreras de caballos, invitando a los asistentes al juego de azar, lo que apostaran era muy bueno.
Hasta la policía municipal del lugar, contribuía en este acto clandestino, fuera de las reglas legales, el propósito era el juego del dinero fácil, hacer correr los caballos para ganar la competencia.
