Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
La fractura provocada por la salida del Partido del Trabajo (PT) de la coalición “Con Rumbo y Estabilidad para Oaxaca” (CREO), integrada con el PAN y el PRD, que llevan como candidato a gobernador a José Antonio Estefan Garfias, es sin duda un resultado más de la incapacidad política del Sol Azteca, que dirige Carol Antonio Altamirano y no tanto por lo maloso y traidor que sea Benjamín Robles Montoya, ahora abanderado petista a gobernador y lo mismo puede ocurrir con el blanquiazul, que deje de facto la coalición, ante falta de respeto y ninguneo al que es sometido por los perredistas.
El PT es un partido que se fundó en el sexenio y con el apoyo de Carlos Salinas de Gortari a través de su hermano Raúl; su asamblea constitutiva se efectuó en el auditorio del deportivo “Plan Sexenal” de la ciudad de México, realizada del 8 al 10 de diciembre de 1990.
Su nacimiento obedeció a la necesidad de restarle presencia al PRD, partido que se conformó a su vez el 5 de mayo de 1989, como resultado de la contienda electoral, en la que ganó Salinas de Gortari, luego de la caída del sistema de cómputo, cuando iba a la cabeza del conteo Cuauhtémoc Cárdenas, cuyo proceso electoral estuvo en manos de Manuel Bartlett Díaz, entonces secretario de Gobernación y presidente de la Comisión Federal Electoral, hoy en día coordinador del grupo parlamentaria de senadores del PT.
Como partido minoritario el PT se ha vuelto un experto en políticas de alianzas, por lo que su pragmatismo lo ha llevado a establecer coaliciones electorales con quien le represente alguna oportunidad de sacar ventajas por mínima que estas sean, por lo que se ha aliado hasta con el PRI.
Su base de sustentación ha estado en el norte del país y su origen en una serie de organizaciones sociales y grupos políticos de izquierda, que vienen de la histórica agrupación “Línea Proletaria”, que promovió Adolfo Orive, catedrático de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en la década de los 70s, cuyos alumnos destacados eran los llamados “Toficos”: Carlos Salinas de Gortari y Manuel Camacho Solís.
Otro de los elementos que se tenía para considerar que el PT, no era una aliado confiable, es que venía de haber perdido su registro, por segunda vez, en septiembre del año pasado, al haber obtenido el 2.99 por ciento de votos en los comicios pasados, por lo que alcanzó un millón 134 mil 101 sufragios, quedándose a una centésima de alcanzar el tres por ciento para salvar el pellejo y mantener su registro de acuerdo al cómputo del Instituto Nacional Electoral (INE).
Sin embargo, logró que fuera considerado partido “con registro en espera”, hasta que se efectuara la elección en el distrito 1 de Aguascalientes, donde el Tribunal Electoral anuló un triunfo del PRI y que al efectuarse los comicios logró 14 mil 46 votos, con lo que superó el tres por ciento requerido para mantener su registró.
El PT estuvo en el limbo por seis meses y al regresar a la vida en diciembre pasado, de nueva cuenta le fueron entregadas las prerrogativas, que en este año representan 226 millones de pesos. A pesar de ser un partido en bancarrota, dentro de sus haberes cuenta con 10 diputados federales, seis senadores, 29 diputados locales Independiente de los regidores y cargos públicos que ostenten en gobiernos, municipales, estatales y federales.
Frente a este panorama, era indiscutible que el PT estaba sujeto a la mejor oferta, que iba a encarecer, en la medida en que el proceso electoral avanzara y se agudizaran las contradicciones. Su máximo dirigente Alberto Anaya, fundador del Frente Popular Tierra y Libertad de Monterrey (1972-1973) es un ducho de la maniobra política, lo vemos en el hecho que el PT, surge como un partido llamado a contrarrestar al PRD, para después volverlo su principal aliado.
Posteriormente y en el caso de los argumentos que tuvo para dejar de creer en la coalición CREO, del mejor posicionado en las encuestas, hay que mencionar que en el año 2006, en el proceso electoral federal, Andrés Manuel López Obrador, era sin duda, el candidato a la Presidencia de la República, mejor posicionado, pero el PT fue el principal promotor de Cuauhtémoc Cárdenas, para agudizar al máximo las contradicciones de ese frente amplio opositor de izquierda, para después abandonar a Cárdenas y sumarse López Obrador.
El albazo que da el PT a CREO con la postulación de Benjamín Robles, a la gubernatura del estado, es evidente con el comunicado que envió el 25 de febrero por la noche, luego de la disputa que surgió en el PRD por los resultados del Consejo de Elección, donde fue electo Estefan Garfias; En el escrito se lee que da la bienvenida a la elección democrática… “asumimos postular al candidato que surgiese del proceso democrático interno del PRD”.
Para después clavarle la puñalada trapera (para utilizar una frase de análisis de las que le gustan a Carol Antonio) hace saber que: “La Convención Nacional Electoral del PT se realizará el 16 de marzo y seguramente se honrará el compromiso con la Coalición “CREO” que encabezará José Antonio Estefan Garfias. Sin embargo, esa Convención nunca se efectuó, al tomarle protesta a Benjamín Robles como candidato a gobernador la madrugada del 2 de marzo.
El comunicado no lo firmó ninguno de los dirigentes nacionales del PT, sino el comisionado Político Nacional en el Estado de Oaxaca y diputado local, Rafael Armando Arellanes Caballero, venido de Chiapas, quien ayer viernes dio a conocer que deja el cargo de comisionado, total vendrá otro, pero no renuncia a su militancia petista y que no hará campaña por Benjamín Robles. La lección aquí es que no por ser gobierno están amarrados los cuerdos y lo mismo está a punto de pasar con el PAN.
@MiguelAschulz
