
De acuerdo con los primeros reportes, los cuerpos fueron encontrados en un tiradero de basura, amarrados de pies y manos, con notorias huellas de tortura y con lesiones de impactos de proyectiles de armas de fuego.
Hasta el lugar de los hechos se trasladaron elementos de diversas corporaciones policiacas y del Ejército mexicano.
Un agente del Ministerio Público adscrito a la Subprocuraduría de Combate a la Delincuencia Organizada de Oaxaca, coordina las diligencias de levantamiento de los cadáveres, mientras que elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones y de la Policía Federal recorren la zona para indagar sobre estos hechos.
Elementos del Ejército acordonaron el área, mientras la policía continúa las diligencias en el sitio del hallazgo.
