Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
El gobernador Gabino Cué se encuentra en un punto sin retorno, pareciera que su renuncia o remoción es inevitable, ante las condiciones en las que se encuentra, que le han hecho caer en la pendiente de la ingobernabilidad, no sólo por los hechos recientes, que han dejado un saldo trágico de al menos 11 personas asesinadas en un día, por motivos de un conflicto social, con más de cien heridos -200 dicen los pobladores de Nochixtlán- y más de 27 detenidos.
El malestar provocado por la incapacidad de la administración gubernamental ha calado hondo en el pueblo de Oaxaca, los agravios ha sido demasiados, por un personaje, Gabino Cué, que llegó con todo el respaldo de una sociedad y lo hizo su guía y hoy lo repudia.
La represión a la población de Nochixtlán, efectuada el domingo pasado por las fuerzas policiacas estatales y federales, pintan de cuerpo entero a un gobierno, que siempre ha estado alejado de las comunidades indígenas y del mundo rural, que implementó las audiencias públicas para estar cerca del pueblo, pero que resultaron sólo terapias burocráticas.
Material fotográfico, audios, videos y testimonios confirman que en Nochixtlán hubo uso excesivo de la fuerza policiaca, que disparó a mansalva a la población, que se defendía con cohetones, piedras, palos y bombas molotov. Quienes vivieron los hechos, aseguran que las policías estatal y federal llegaron atacando la mañana del domingo, para levantar un bloqueo de días en las carreteras que comunican a México -autopista de paga y la libre-.
Gabino Cué quiere negar los hechos, en su esquizofrenia política que le hace ver la realidad que quiere ver y que le confirman todos los días sus colaboradores, por ello mientras informa oficialmente de seis personas asesinadas en Nochixtlán, en otros pueblos de la Mixteca, se entierran ocho cadáveres de los asesinados.
Entre los masacrados se encuentra un menor de 17 años de edad, Jesús Cadena Sánchez, cuyo ataúd blanco, por ser un niño y por lo tanto un angelito (costumbre del pueblo), fue junto con los cuerpos de Yalit Jiménez Santiago y Óscar Aguilar Ramírez, homenajeados en el kiosco de la población que los vio crecer.
A su corta edad sus paisanos lo consideran ya un héroe, por ello, colocaron sobre los tres ataúdes la Bandera de México, símbolo de la madre patria, que más que madre los funcionarios autoritarios la han vuelto madrasta, tanto que quienes les dispararon y les cortaron la existencia también portaban esa bandera en sus uniformes.
Todo había sido preparado para la represión, que por ello Eréndira Cruz Villegas, coordinadora de Derechos del Ejecutivo, en plena situación caótica, de manera irresponsable para una defensora de los derechos humanos, aceptó el cargo de fiscal Especializada de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la PGR, para salvar la imagen y no comprometerse en las violaciones a los derechos humanos que se están cometiendo.
En tanto, Adelfo Regino Montes renunció a titularidad de la Secretaría de Asuntos Indígenas (SAI), por la represión ejercida al pueblo mixteco. A la vez que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) hará un deslinde del gobierno de Gabino Cué y lo llevará a la Legislatura Federal, para que explique los hechos, según lo ha promovido el diputado Francisco Martínez Neri.
Por si fuera poco, para desgracia de Gabino Cué la embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, aparte de lamentar los hechos ocurridos en Oaxaca, informó que el gobierno de Estados Unidos “monitorea” el conflicto entre las fuerzas federales y simpatizantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
La simpatía por la causa de los maestros es amplia, aunque no así sus métodos, que lastiman y pisotean los derechos de los demás; que dejan sin educación a miles de niños, cierran el paso en las carreteras y afectan con ello a los más “jodidos”; que hacen quebrar negocios y con ello que quiebren fuentes de trabajo, pero no se puede negar que sus demandas son legítimas, en cuanto a la defensa de sus derechos laborales.
Tampoco se puede dejar de señalar que la Reforma Educativa, impuesta por los partidos, sus diputados, senadores, gobernadores y presidente más que educativa es laboral.
Los gobiernos estatal y federal no esperaban la respuesta de resistencia del pueblo de Oaxaca, que volvió a arropar a los maestros de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que de pronto un pueblo de menos de 18 mil habitantes, como lo es Nochixtlán, metiera en jaque tanto a Gabino Cué como al presidente Enrique Peña Nieto.
@MiguelAschulz
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