Oaxaca, Oax., 10-nov-2016.- En el marco de la entrega de vehículos para las áreas de Seguridad Pública e Impartición de Justicia, el gobernador Gabino Cué Monteagudo entregó los primeros dictámenes de jubilación para policías estatales con 35 y 45 años de servicio ininterrumpido en dicha corporación.
Jorge Alberto Ruiz Martínez, titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca (SSPO), refirió que en una primera parte 10 elementos recibieron el beneficio en el marco de la Ley de Pensiones para las Corporaciones Policiales, legislación aprobada por el Congreso del Estado a propuesta del titular del Poder Ejecutivo, en octubre del año 2015.
“Es un logro que se haya conseguido formalizar la Ley de Pensiones para las corporaciones policiales, pues es uno de los requerimientos que hacían los policías que llevaban muchos años de servicio, quienes buscaban la oportunidad de jubilarse”, recalcó el funcionario en las instalaciones del Centro de Control, Comando y Comunicación (C4), de la SSPO.
Durante la presente administración estatal se mejoraron los salarios de los policías en un 35 por ciento, se aumentó 100 por ciento el seguro de vida y se aprobó la Ley de Pensiones, con la cual de manera paulatina se irán aprobando los demás expedientes que se vayan integrando a la solicitud de pensión.
En su oportunidad, el policía primero, Hilario Cruz Marcial, con 42 años de servicio ininterrumpido, dijo estar muy agradecido con el gobernador del Estado, ya que gracias a la Ley de Pensiones se beneficiará su familia.
Emocionado, Cruz Marcial, quien se convirtió en uno de los primeros elementos en obtener los beneficios de la pensión, refirió que por todo lo vivido en el ejercicio de su encargo, nunca pensó que pudiera retirarse con una seguridad económica, motivo por el cual agradeció a las autoridades responsables de tan importante logro.
De la misma manera, el policía estatal, Bartolo Castillo Martínez, con 47 años de servicio y 77 años de edad, recordó que durante sus años de servicio participó en varios enfrentamientos en Sola de Vega, en donde había conflictos agrarios entre Santo Domingo Teojomulco y San Lorenzo Texmelucan: “Estuve ahí siete años y siempre había muertos y nos tocaba intervenir”, comentó.
