Miguel Ángel Schultz
El movimiento estudiantil de 1968 significó para Oaxaca, como para todo el país, el inició de un proceso democratizar que propició el surgimiento de diversas organizaciones sociales independientes al Partido Revolucionario Institucional (PRI), por lo que el sistema político de México, encabezado por el priista Gustavo Díaz Ordaz, no tuvo más opción que aplastar con una masacre, este anhelo de libertad, cometida el 2 de octubre de 1968, en la Plaza de las Tres Culturas de la Ciudad de México.
Este movimiento libertario, alimentó en Oaxaca la lucha de campesinos por recuperar sus tierras; en sindicatos independientes, así como de vendedores informales, colonos de zonas marginadas. Pero también, surgieron expresiones de luchas armadas, cuyos efectos de este proceso democratizador aun repercuten en el Oaxaca de hoy, a pesar al medio siglo que ha transcurrido de 1968 a la fecha.
En este proceso, tiene su origen lo que fue la Coalición Obrero Campesina Estudiantil de Oaxaca (COCEO 1972); la Coalición Obrero Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI 1974) y el Frente Campesino Independiente (FCI 1975), entre otras más.
Entre las organizaciones armadas destacan la Liga Comunista 23 de Septiembre y el Partido Revolucionario Obrero Clandestino Unión del Pueblo y el Partido de los Pobres (PROCUP-PDLP), cuyas filas se alimentaron de jóvenes oaxaqueños.
Sin duda, que la entonces Universidad Benito Juárez de Oaxaca (UBJO) -que aún no era autónoma- fue el motor que impulsó el Movimiento Estudiantil de 1968 en la entidad, pero también participaron estudiantes de la entonces Escuela Técnica Industrial Vocacional Número 14, vinculada al Instituto Politécnico Nacional (IPN), que fue uno de los protagonista del Movimiento Estudiantil de 1968, en la capital del país, así como jóvenes normalistas.
Los universitarios y estudiantes de Oaxaca, en aquellos años, integraron el Comité de Huelga y se sumaron al Comité Nacional de huelga, constituido el 2 de agosto de 1968, en el que estaban representados estudiantes de la UNAM, el IPN, el Colegio de México, la Escuela de Agricultura de Chapingo, la Universidad Iberoamericana, la Universidad La Salle, Escuela Nacional de Maestros y la Escuela Nacional de Antropología e Historia, entre otras más.
En Oaxaca desde el siglo XIX, los estudiantes se caracterizaron por su activa participación en la vida política y social a través del Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca (ICAO), fundado en 1826 donde se formaron varios de los cuadros del liberalismo mexicano, que marcaron la historia del país, como Benito Juárez García, Porfirio Díaz Mori, Marcos Pérez, Matías Romero y Luis Fernández del Campo, entre otros más.
Por ello, la participación en el Movimiento Estudiantil de 1968 no iba a ser un proceso que pasara desapercibido para las y los estudiantes de aquellos años, más aun que en la década de los 50´s del siglo pasado, propiciaron la caída de dos gobernadores: Edmundo Sánchez Cano (1947) y Manuel Mayoral Heredia (1952).
Más aún cuando a nivel mundial se registraban movilizaciones en varios países como Francia, Estados Unidos, Argentina, Brasil y Japón, entre otros.
A la distancia el origen del Movimiento Estudiantil, se antoja superficial, que detonó por enfrentamiento entre estudiantes del IPN y de la preparatoria particular Isaac Ochenterena, incorporada a la UNAM; posteriormente se registró el derribo de la puerta de la Escuela Preparatoria de San Ildefonso con un bazukazo disparado por un militar (31 de julio).
Esto, llevó al rector de la UNAM, Javier Barrios Sierra, a encabezar una manifestación llamada de El Silencio, en la que participaron según se ha registrado, unos 300 mil manifestantes. Sin embargo, ante la multiplicación de protestas a nivel nacional y ante la proximidad de las Olimpiadas de 1968, cuya sede era México, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz y en medio de la llamada Guerra Fría, ordenó acabar con las protestas, para lo que utilizó desde grupos de paramilitares, el “Batallón Olimpia”, hasta tanques y helicópteros.
En Oaxaca, la represión no mostró los colmillos afilados, ni hubo un baño de sangre como en la ciudad de México, pero también hubo movilización del Ejército y detenidos como, la aprehensión del que se consideraba el principal agitador, Moisés González Pacheco, quien recuperó su libertad al poco tiempo de apresado y hoy a 50 años de la masacre de Tlatelolco miles de estudiantes y maestros de Oaxaca recordarán este hecho cuya masacre de lesa humanidad permanece impune y en todo el país se demanda justicia.
@MiguelAschulz