Costumbres mexicanas, motivos inagotables en la obra de Olga Costa

* Fundadora del Salón de la Plástica Mexicana, sus creaciones forman parte de importantes colecciones

* Es recordada este 28 de agosto, en el 110 aniversario de su natalicio

Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) recuerdan el 110 aniversario del nacimiento de una de las fundadoras del Salón de la Plástica Mexicana, Olga Kostakowsky Fabrikant, conocida como Olga Costa (28 de agosto de 1913), dueña de una extensa obra pictórica destacada por una extensa gama cromática y la reunión de elementos de la naturaleza.

Costa ingresó en 1933 a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde estudió pintura bajo la tutela del guatemalteco Carlos Mérida, además de estudiar en el taller de grabado de Emilio Amero. En ese mismo año conoció a José Chávez Morado, con quien se casó en 1935. En 1936 se trasladaron a Veracruz debido a que Chávez Morado fue comisionado para realizar un mural en la Escuela Normal de Xalapa.

Presentó su primera exposición individual en la Galería de Arte Mexicano en 1945 y realizó la donación de un cuadro al Instituto de Intercambio Cultural Mexicano-Ruso para la Sala México en el Museo de Arte Occidental Moderno de Moscú. Al lado de Diego Rivera, Frida Kahlo, María Izquierdo y Francisco Dosamantes, fundó el Salón de la Plástica Mexicana. Promovió el desarrollo de diversos museos en Guanajuato y junto con su esposo participó en la organización del Museo de la Alhóndiga de Granaditas.

El vínculo con México quedó profundamente arraigado en ella y en su expresión plástica. Incluso relató en diversas ocasiones la fascinación que le produjo tocar tierras mexicanas, cautivada por los olores, colores, paisaje y la gente. “No me costó ningún trabajo entenderme con la gente, creo que he captado mucho a México”, afirmó.

Su obra “La vendedora de frutas”, cuadro conocido internacionalmente, es hoy icono del Museo de Arte Moderno. Los paisajes, las flores, los frutos y las costumbres mexicanas se convirtieron en los temas y motivos inagotables de su creación y el autorretrato refrendó el interés que ya se había despertado entre el público por sus creaciones encendidas de colorido.

En 1989, el XVIII Festival Internacional Cervantino fue el marco del homenaje que se le rindió en vida a esta destacada pintora, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1990 en el rubro de Bellas Artes. Posteriormente, su obra estuvo presente en diversas muestras colectivas, y en 1990 el Museo de Arte Moderno le organizó una muestra individual.

En 2013, el Museo Nacional de Arte presentó la exposición Olga Costa. Apuntes de la naturaleza 1913, 2013, en homenaje por los 20 años de su fallecimiento y el centenario de su natalicio, en una muestra que reveló a una artista más compleja, rica y propositva, y que ofreció a los estudiosos del arte mexicano una nueva perspectiva, cuya obra es trascendental para entender los movimientos artísticos del siglo XX.

Su producción pictórica es numerosa y forma parte de importantes colecciones, como la del Banco Nacional de México/Citibanamex, la Colección Andrés Blaisten y la del Museo de Arte Moderno del Inbal.

En 1979, Olga Costa y Chávez Morado fundaron el Museo del Pueblo de la ciudad de Guanajuato, al cual donaron un lote de obras pictóricas y escultóricas de los siglos XVIII y XIX.

josé

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