Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
En Oaxaca se sigue acumulando la presión, por lo que existe un clima de explosividad social y de no haber acuerdos que pongan fin a las protestas magisteriales, habría un estallido que podría llevar a la entidad a un vorágine de violencia, al estar inmerso el conflicto de la oposición por la Reforma Educativa de la Sección 22 del SNTE-CNTE, en la sucesión presidencial del 2018.
Así el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, anticipó que de no regresar a clases los maestros para el próximo inicio del ciclo escolar, el 22 de agosto, se harán acreedores de sanciones, lo que resulta una bravata innecesaria, ya que él no participa en las mesas de negociación en la Secretaría de Gobernación (SEGOB).
Tampoco decide en el rumbo que ha tomado el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), por la sencilla razón que el nombramiento de Germán Cervantes Ayala, no pasó por su escritorio, sino el del gobernador electo, Alejandro Murat Hinojosa, y el del titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer.
Además, por el “descontón” mediático que dio a los empresarios y comerciantes Cué Monteagudo, al declarar que su paro del pasado lunes 8, sólo representó el 2.99 por ciento del total de los comercios y centros de trabajos que existen en la ciudad de Oaxaca.
Ahora, los patrones amenazan con irse a plantar frente al Palacio de Cobián en la Ciudad de México, sede de la SEGOB, para que su titular Miguel Ángel Osorio Chong, actúe y reprima las protestas de la Sección 22 del Sindicato y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE-CNTE).
No es posible imaginar que con sus negocios con severas pérdidas, generen los recursos necesarios para irse a plantar en la capital del país, al menos que alguien patrocine las protestas a Juan Carlos Rivera, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles (AMHyM); y a Onésimo Bravo, dirigente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y de Alimentos Condimentados (CANIRAC).
Así como a Jesús Rodríguez Socorro, presidente estatal de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) y Esther Merino, que lo único que lograran es no solucionar el conflicto, sino hacerlo crecer, porque están siendo usados como arietes contra la SNTE-CNTE.
Patrocinio que no es difícil de obtener si observamos que el trasfondo de lo que pasa en Oaxaca, no es más que la lucha por la sucesión presidencial entre el grupo del secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis de Videgaray Caso y el de Osorio Chong.
Como si no viéramos lo que ocurre en Michoacán, gobernado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) con Silvano Aureoles Conejo, donde ayer supuestos normalistas incendiaron tres vehículos de igual número de empresas, para exigir se restablezca la mesa de diálogo en Gobernación.
En tanto, la población de Nochixtlán determinó ayer cancelar la reunión programada para hoy viernes en esa comunidad mixteca con Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la SEGOB, quien iba a entregar los apoyos a los familiares de los ocho fallecidos y lesionados, con lo que se esperaba quitarle presión a los reclamos de la población afectada.
Además, hasta el momento no hay resultados en las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), de los trágicos acontecimientos del 19 de junio en Nochixtlán, y empieza a deslizar la idea que lo ocurrió, no fue el uso de la fuerza excesiva, sino un enfrentamiento entre grupos subversivos que actuaron armados contra la policía.
La PGR reconoce que no ha podido hacer las investigaciones en el sitio. Ni tampoco ha estado en Nochixtlán la comisión creada exprofeso del Congreso de la Unión, pero que ya emite juicios en boca de su presidenta, la senadora panista Mariana Gómez del Campo, por ello hoy más que nunca la SNTE-CNTE debe actuar con cautela y no caer de nuevo en la trampa de la provocación.
@MiguelAschulz
