La mayoría de los casos se pueden prevenir, ya que son consecuencia de un inadecuado control de la presión arterial, colesterol y diabetes,, así como del consumo de tabaco
En México, con 27 mil 954 fallecimientos en 2009, la Enfermedad Vascular Cerebral (EVC) es la tercera causa de mortalidad en el país, sólo después de la diabetes mellitus y las enfermedades isquémicas del corazón.
El médico adscrito a Consulta externa del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) “Manuel Velasco Suárez”, de la Secretaría de Salud, Juan Manuel Callejas, agregó que además es la primera causa de discapacidad sobre todo en edad productiva, ocasionando que el paciente quede dependiente de alguien para cubrir sus necesidades básicas.
Sin embargo, la mayoría de los casos se podrían evitar al ser consecuencia de ateroesclerosis, originada por presión arterial y colesterol altos, diabetes, tabaquismo, falta de ejercicio y dislipidemia, aseguró.
Sólo en este Instituto, de entre los 240 y 360 pacientes con infarto cerebral que se atienden cada año, hasta 80 por ciento se pudo prevenir con sólo tener un buen control del padecimiento que lo originó, es decir de la hipertensión arterial, hipercolesterolemia, ateroesclerosis o diabetes.
En el servicio de urgencias de este centro hospitalario, el infarto cerebral es la primera causa de atención y el tercero en consulta externa, agregó en entrevista.
El especialista en EVC del INNN explicó que una persona puede detectar un infarto cerebral si tiene alteración repentina en alguna o varias de sus funciones, como la fuerza, sensibilidad, movilidad en la mitad del cuerpo, problemas para emitir lenguaje, de vista o mareos.
Otros signos de alarma son la aparición repentina de entumecimiento, debilidad o parálisis de la cara, el brazo o la pierna, en uno o ambos lados del cuerpo, visión borrosa o reducción de la visión en uno o ambos ojos, pérdida del equilibrio o caídas sin explicaciones, dolor de cabeza de gran intensidad y sin causa conocida.
La posibilidad de infarto no sólo se reduce con controlar la presión arterial, diabetes o colesterol; también se recurre al tratamiento quirúrgico para destapar las arterias cuando tienen tapones de colesterol.
Asimismo, cuando ocurre en infarto cerebral, se utiliza la trombolisis, es decir, destapar las arterias en las primeras horas del infarto para disminuir o evitar consecuencias permanentes o incluso la muerte.
“El problema es que el paciente llega 10 horas o días después, lo que hace que se pierda la oportunidad, aumentando el riesgo de que quede discapacitado y fallezca”, comentó el especialista, por ello en un evento vascular cerebral cada minuto cuenta y cuanto más tiempo dure la interrupción del flujo sanguíneo hacia el cerebro, mayor es el daño.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez”, puede ocurrir cuando una arteria se obstruye produciendo interrupción o pérdida repentina del flujo sanguíneo cerebral o bien, ser el resultado de la ruptura de un vaso, dando lugar a un derrame.
Los tres tipos principales de EVC son: trombótico, embólico y hemorrágico. El primero se presenta cuando el flujo de sangre de una arteria cerebral se bloquea debido a un coágulo. La ateroesclerosis, que es la acumulación de depósitos grasos en las paredes de las arterias, causa un estrechamiento de los vasos sanguíneos y con frecuencia es responsable de la formación de dichos coágulos.
En el embólico el coágulo se origina en alguna parte alejada del cerebro, por ejemplo en el corazón. Una porción del coágulo (un émbolo) se desprende y es arrastrado por la corriente sanguínea al cerebro, el coágulo llega a un punto que no puede continuar y tapa el vaso sanguíneo, cortando el abastecimiento de sangre. Este bloque súbito se llama embolia.
El hemorrágico es igual a un derrame cerebral y es causado por la ruptura y sangrado de un vaso sanguíneo en el cerebro.
La EVC se puede prevenir con sólo modificar el estilo de vida, evitar o limitar alimentos ricos en colesterol, no fumar, ni beber alcohol en exceso, hacer ejercicio regularmente, mantener el peso dentro de los límites recomendados y tratar de resolver las situaciones crónicas de estrés.