A las pocas horas de que el gobernador Gabino Cué anunciara los nombres de los integrantes de su gabinete, afloró un aparente contrasentido de los integrantes de este equipo de trabajo.

El 2 de diciembre, apareció en los diarios de Oaxaca y en algunos de la ciudad de México una efusiva felicitación de la hija de Elba Esther Gordillo Morales, quien se congratuló de la designación de Irma Piñeyro, ex candidata del Partido Nueva Alianza (PANAL) a la gubernatura del estado, como secretaria General de Gobierno.

La felicitación tuvo la doble finalidad de demostrar públicamente la fuerza que está tras la Secretaria General de Gobierno, lo cual explica por qué se le dio la segunda posición política en el estado; y fue una clara señal de que a pesar de haber bases jurídicas de fondo para cuestionar su designación no iba a ser fácil removerla de donde ya estaba.

En una aparente contradicción con lo anterior, el titular del IEEPO declaró a los medios de información que para el gobierno de Gabino Cué la Sección 59 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) no existe y que solamente pactará los asuntos que tenga que tratar con integrantes de la Sección 22 del mismo sindicato.

En este contexto, resulta desafortunado por contradictorio el posicionamiento del gobierno del estado frente a dos de los actores más importante para la política local, en la medida en que se trata de adversarios irreconciliables a los que no les va a poder cumplir cualquier promesa que les haga pues sus intereses son contradictorios y hasta excluyentes.

La pregunta es cómo le va a hacer el gobierno del estado para evitar los roces y aun los choques con la cacique del SNTE y con la Sección 22 a la hora que tanto una como la otra le pasen la cuenta de sus compromisos, si es que le toman la palabra.

Es muy probable que el ofrecimiento de tratar los asuntos del magisterio de Oaxaca solamente con la Sección 22 no sea más que un guiño para insinuar que el gobierno del estado está dispuesto a compensar la designación de la ex candidata del PANAL en la SEGEGO con una política de mayores concesiones al magisterio y en particular a su dirigencia.

Aquí el problema con el que se van a topar todos va a ser el carácter democrático de la Sección 22; si eventualmente la dirección estuviera dispuesta a ceder y aceptar un arreglo cupular, probablemente la asamblea estatal y las corrientes sindicales no van a estar de acuerdo y empujarán en un sentido muy diferente como lo veremos en breve y abundaremos…