La rápida respuesta a nivel global y local ha logrado avanzar mucho en el control de la enfermedad. El responsable de la agencia sanitaria mundial advierte, no obstante, que los contagios continúan en ciertas comunidades y países, además de que hay transmisión relacionada con viajes.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado este jueves, 11 de mayo 2023, el fin de la emergencia sanitaria internacional por mpox (viruela del mono) pocos días después de hacer lo mismo con el coronavirus.
“Sin embargo, al igual que con el COVID19, eso no significa que el trabajo haya terminado. La mpox sigue planteando importantes retos de salud pública que necesitan una respuesta sólida, proactiva y sostenible”, sostuvo el director de la Organización, el doctor Tedros Adhanom Gebreyesus.
El director, que tomó la decisión siguiendo la recomendación de un comité de expertos, explicó que en los últimos 3 meses se han notificado casi un 90% menos de casos que en los tres meses anteriores y alabó la respuesta de las organizaciones comunitarias y de los servicios de salud para alertar a los grupos más expuestos, como el colectivo LGBTI, de los peligros.
Según Tedros, esa disminución se debe a la movilización global y la rápida respuesta de la mayoría de los países, al igual que a las compañías farmacéuticas y las agencias reguladoras, “que desempeñaron un papel importante para ayudar a expandir el acceso a los medicamentos de prevención y tratamiento para contrarrestar la enfermedad”.
“Debemos aplaudir el trabajo de las autoridades de salud pública y las organizaciones comunitarias. Reaccionaron rápida y ampliamente para informar a las personas en riesgo, alentar y apoyar el cambio de comportamiento y abogar por el acceso a pruebas, vacunas y tratamientos”, añadió.
Los casos empezaron a reportarse hace un año
Los países de Europa y América empezaron a reportar casos de mpox hace un año, llevando a la Organización Mundial de la Salud a declarar una emergencia de salud pública internacional en julio de 2022. De entonces a la fecha, la OMS ha documentado más de 87.000 casos y 140 muertes, en 111 países.
El titular de la agencia sanitaria se mostró complacido con los avances constantes en el control del brote, pero advirtió que el estigma ha sido y continúa siendo un obstáculo para obtener la atención necesaria para prevenir o tratar el mpox.
Asimismo, explicó que, si bien hay una tendencia mundial a la baja, el virus sigue transmitiéndose en ciertas comunidades y países, entre ellas el Pacífico Occidental, además de que hay casos relacionados con viajes.
En cuanto a África, indicó que todavía se notifican casos en varios países, aunque no puede observarse una tendencia clara.
También recordó que las personas portadoras del VIH que no reciben tratamiento corren un mayor riesgo de contraer el virus del mpox.
“El peligro de transmisión continua sigue siendo significativo en lugares con brotes, particularmente donde los modos de transmisión aún no se comprenden bien”, alertó.
No desatender la vigilancia
Tedros subrayó que la reducción de los casos de mpox no significa que los países deban desatender la vigilancia ni limitar el acceso a las pruebas y vacunas, como está ocurriendo en algunas naciones.
“Sigue siendo importante que los países mantengan sus capacidades y continúen sus esfuerzos, evalúen su riesgo, cuantifiquen sus necesidades para responder y actúen con prontitud cuando sea necesario”, enfatizó.
En este sentido, recomendó integrar la prevención y atención del mpox en los programas de salud nacionales para permitir la atención rápida en la eventualidad de brotes futuros.
Finalmente, refrendó el compromiso de la OMS de trabajar con los gobiernos para apoyar el acceso a las medidas de prevención y tratamiento a medida que se disponga de más información sobre la eficacia de éstas.
El mpox, antes llamada viruela del mono es una enfermedad zoonótica viral, es decir, puede transmitirse de animales a humanos. También se puede propagar de persona a persona. Su antiguo nombre se debía a que se le detectó por primera vez en 1958 en varios simios de un laboratorio, pero la mayoría de los animales susceptibles de contraer el padecimiento y contagiarlo a las personas son roedores.