Maquiavelo, sobre Elba Esther

Por Horacio Corro Espinosa

No cabe duda que pasarán los años y Nicolás Maquiavelo seguirá siendo la biblia de los políticos. A Maquiavelo se le cita más de lo que se le lee, en serio. Los que tratan de emularlo son los políticos que han oído a otros políticos, un poco más listos, hablar de él.
Hace exactamente 500 años, se escribió El príncipe, y a la fecha se sigue y se seguirá usando algunas máximas del florentino.
Dice Maquiavelo que los hombres cambian contentos de señor, creyendo mejorar. Y si conquista regiones y si quiere retenerlas, debe tener en cuenta que la nobleza del antiguo príncipe sea extinguida. Hay que recordar que la maestra Elba Esther Gordillo, vivió el mejor sexenio de su vida con Felipe Calderón.
Dice Nicolás, que los ofendidos, al permanecer dispersos y pobres, no tienen posibilidad de obrar en contra, y a los hombres, hay que vencerlos con los hechos o con las palabras, o bien, exterminarlos. Aquí cabe una pregunta, ¿en realidad a la Gordillo, se le refundirá en el bote para que de ella no se espere ninguna clase de venganza?
Dice el compañero Nicolás, que no se debe nunca dejar nacer un desorden para evitar una guerra. Asegura en El príncipe, que el pueblo, sólo pide no ser oprimido. A un príncipe le es necesario tener al pueblo de su lado: de lo contrario, no tiene remedio en la adversidad. Un príncipe prudente debe imaginar un modo por el cual sus ciudadanos, siempre y en cualquier circunstancia, tengan necesidad del Estado y de él: así siempre le serán fieles.
La imagen que el príncipe debe dar, es que siempre superara todas las dificultades, dando esperanzas a sus súbditos de que el mal no durara mucho. O lo que es lo mismo, que hasta ahí llego la líder magisterial Elba Esther gordillo, aunque se espera que otros caigan.
Sabemos que Peña Nieto llegó al poder bastante debilitado en su imagen. Hoy, como dice en el libro, el príncipe debe protegerse de ser menospreciado y aborrecido. “Que la confianza desmedida no te convierta en incauto y la desconfianza exagerada no te haga intolerable”. Asegura que es mucho más seguro ser temido primero que amado. ¿Ustedes creen que después de la detención de la maestra, Peña Nieto, comience a ser temido?
Y creo que aquí escribió el buen amigo Maquiavelo, una frase para Gabino Cué, para que nos haga justicia a los oaxaqueños de Ulises Ruiz: “Abstente de tomar los bienes ajenos, porque los hombres olvidan más pronto la muerte del padre que la pérdida del patrimonio”.

En otra parte del libro dice: el príncipe debe ingeniarse para que en sus acciones se advierta grandeza, valor, gravedad, fortaleza. Debe satisfacer al pueblo y tenerlo contento. Los príncipes deben dejar a otros la disposición de las cosas odiosas, y reservarse para sí mismos las de gracia.
Los príncipes deben evitar ser odiados por alguien, se deben esforzar primeramente en no ser odiados por la mayoría que es más poderosa.
Debe también, mostrarse amante de los talentos, reconocer a los hombres destacados y honrar a los que sobresalen en cualquier arte; debe ocupar al pueblo con fiestas y espectáculos y tener miramientos con los gremios, sin que se humille su dignidad.
Creo que Peña Nieto, comienza a actuar de acuerdo a las enseñanzas de Maquiavelo, y da en el clavo, contra la mujer más odiada de este país.

Twitter:@horaciocorro
horaciocorro@yahoo.com.mx

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