El sureste de los Estados Unidos fue impactado por ola de más de cien tornados, que dejaron una estela de destrucción, pánico y muerte que provocaron al menos 290 personas que perdieron la vida, en los estados de Alabama, Mississippi, Tennessee y Georgia; también impactaron áreas de Virginia y Kentucky.
Los fenómenos naturales se originaron por una gran masa de aire húmedo y caliente, que chocó con un frente frío lo que originó una serie de más de cien tornados que impactaron seis entidades estadounidenses en poco más de 24 horas.
El presidente Barack Obama dispuso, la misma noche del miércoles, la ayuda del gobierno federal a Alabama e informó luego que éste viernes viajará a esa entidad para supervisar las labores de auxilio y reconstrucción.
El miércoles dieron inicio los torbellinos, que son considerado los peores en los últimos 37 años este país y la segunda temporada de torbellinos más grave de su historia.
Alabama fue el más golpeado y de acuerdo a las primeras cifras, ahí al menos 204 personas perdieron la vida, además de registrar una destrucción masiva de casas, automóviles, infraestructura urbana de acuerdo a información proporcionada por el gobernador de ese estado de la Unión Americana, Robert Bentley.
Unos dos mil soldados de la Guardia Nacional fueron desplegados, para auxiliar en las labores de búsqueda y rescate de personas desaparecidas en las áreas más afectadas.
Cifras oficiales consideran que existe más de un millón de personas afectadas, que podría pasar este jueves su segunda noche sin electricidad, en 18 condados afectados, por los fenómenos naturales.
En algunos casos los tornados alcanzaron velocidades superiores a los 320 kilómetros por hora.
Los torbellinos derribaron 11 líneas de distribución de electricidad, lo que provocó apagones y el cierre automático de operaciones en los tres reactores de la Planta Nuclear Browns Ferry en el norte de Alabama.