Objetivo: matar el mayor número de mexicanos

Miguel Ángel Schultz

Su objetivo era matar al mayor número de mexicanos posible, declaró el supremacista blanco Patrick Wood Crusius con el aplomo de alguien que se siente un héroe, prisionero de guerra, por lo que no hay duda que su acción fue un acto terrorista hacia la comunidad mexicoestadounidenses que forma la mayoría de los 650 mil habitantes en el Paso Texas, que se funde con su contraparte mexicana de Ciudad Juárez de más de un millón 400 mil pobladores, que es la localidad más poblada de Chihuahua.

Este acto de barbarie que costó la vida a 22 personas y dejó 26 heridos, no es la acción de un desequilibrado mental, sino de un racista que ha encontrado en la política e ideología del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el sustento y la justificación necesaria para este acto inhumano de cortarles la existencia a personas solo por tener un origen racial diferente al suyo.

Patrick Wood Crusius manejo nueve horas para llegar de su natal  Allen a El paso Texas, llevando consigo un fusil de asalto AK-47, que fue el arma oficial del Ejército de Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial, considerada una de las armas más mortíferas que existen, ya  que pueden disparar 600 balas en un minuto.

El discurso de odio de Donald Trump ha ido penetrando en el pueblo de Estados Unidos, desde que era candidato a la  presidencia de su país. Dentro de muchas de sus expresiones ha dicho que tenía seguidores fieles, por lo que podría disparar a alguien en la 5 Avenida de New York y no perdería votos; que era necesario volver (a la tortura) a los ahogamientos simulados para conseguir confesiones, como los practica la CIA en sus cárceles clandestinas que tiene en varios países del mundo.

También buscó impedir la entrada a los EE.UU. de musulmanes por el simple hecho de practicar esa religión. Ha dicho: “México nos envía a la gente que tiene muchos problemas, que trae drogas, crimen, que son violadores”. La construcción del muro en su frontera sur se ha vuelto una obsesión.

De las mujeres ha afirmado que “Cuando eres una estrella puedes hacer cualquier cosa. Agarrarlas por el coño, lo que quieras”. De los países de África y República de El Salvador los ha llamado agujeros de mierda.

Aun así Trump no se considera xenófobo, racista ni supremacista. Sin embargo, su actitud muestra todo lo contrario al acudir a El Paso, a darle el pésame a la familia de los padres que fueron asesinados por proteger a su nene, por Patrick Wood Crusius, el sábado 3 de agosto, se ve un Trump, sonriente, feliz, posando para la foto.

Trump va más allá al ordenar, ya que el jueves 8 de agosto, efectuar en el estado de Misisipi, la redada de trabajadores indocumentados más grande de los últimos tiempos en los EE.UU., sin detener a ninguno de los contratadores y advierte que estos operativos continuarán. Entre las 680 personas apresadas se encontraban 122 mexicanos.

Con los gentilicios hispanos o latinos se borra la identidad de las naciones de las que proceden los migrantes, por lo que poco se les llama mexiconoestadunidense a pesar que es una de las minorías más importantes que viven en la Unión Americana.

El hecho histórico que a México se le haya arrebatado más de la mitad de su territorio en una guerra injusta que se fue fraguando con la independencia de Texas en 1835, es otro factor del miedo que despierta entre los supremacistas blancos la comunidad mexicoestaunidense, que en su momento fue llamada “chicanos”, surgido durante la resistencia de los trabajadores agrícolas en la década de los 70s, o pochos, como se le dice a los que hablan el Spanglish, que tuvo su antecedente en los “pachucos” y recientemente los “cholos”.

Ante la demanda del gobierno de México que preside Andrés Manuel López Obrador de intervenir en las investigaciones al supremacista blanco y calificar la mascare de El Paso un acto de terrorismo hacia los mexicanos y de detener el tráfico de armas hacia México, Donald Trump ha declarado que exige a México de resultados en el combate al narcotráfico o habrá consecuencias.

Tampoco es gratuito que en estas últimas semanas la violencia se haya incrementado en México exponencialmente, porque si en algo es experto el gobierno de Estados Unidos es en el de operaciones encubiertas y en desestabilizar a países.

Ante estas circunstancias sólo queda el camino de la diplomacia, de fortalecer la unidad interna de México, recobrar la memoria histórica y tener conciencia que los tiempos serán más difíciles de lo que son ahora, ya que desde dentro del propio país hay quienes siempre han apostado por los intereses del extranjero a los del pueblo de México.

Bien haría el presidente de aportar fondos al fideicomiso que se ha abierto en El Paso, Texas para apoyar a las víctimas de la masacre cometida en el centro comercial de Walmart por el supremacista Patrick Wood Crusius

Oaxacaentrelines.com

@MiguelAschulz

josé

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