Esteban San Juan, director de ese recinto, señaló que este tipo de acciones afectan gravemente al monumental edificio, por lo que debe considerarse como un hecho lamentable.
Luego de hacer un llamado a las autoridades y a la sociedad en general para que tomen cartas en el asunto, el arquitecto manifestó que “ni en el año 2006, durante el conflicto magisterial y social que azotó por meses a la capital, el teatro sufrió de daños como éste”.
En este sentido explicó que los ácidos concentrados en la pintura se quedan impregnados en la cantera verde del edificio, lo cual resulta casi imposible de quitar.
“Fue un grupo de jóvenes cubiertos del rostro quienes hicieron las pintas y que encabezaban la manifestación de mujeres triquis -que partió de la Fuente de las Ocho Regiones al Zócalo- por lo que tuvimos que cerrar las puertas del teatro para que no pasaran otras cosas”, subrayó.
