* Las poetas Elsa Cross, Myriam Moscona y el ensayista Luis Armenta Malpica encabezaron el homenaje realizado de manera virtual
Ciudad de México.- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), a través de la Coordinación Nacional de Literatura (CNL), llevaron a cabo el conversatorio Gloria Gervitz. Homenaje póstumo en el 80 aniversario de su nacimiento (1943-2022), charla virtual en la que las poetas Elsa Cross, Myriam Moscona y el poeta Luis Armenta Malpica destacaron la importancia literaria de la autora de Migraciones.
El homenaje -moderado por Carolina Ríos, encargada del Enlace con los Estados de la CNL- fue presentado por Karen Villeda, coordinadora nacional de Literatura, quien reconoció a Gloria Gervitz como una mujer que hizo de los versos su modo de vivir e hizo referencia a la obra emblemática de la autora: Migraciones, un poema de largo aliento compuesto por siete libros que se publicaron entre 1979 y 2003.
“El proceso de escritura de Migraciones empezó en la década de los setenta y se publicó a lo largo de los años en libros titulados: Shajarit (1979), Yiskor (1986), Leteo (1991), Pythia (1993), Equinoccio (1996), Treno (2000) y Septiembre (2003). Parte de su obra fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán, portugués, hebreo, ruso, árabe y esloveno”, destacó.
En su participación, Elsa Cross dijo que conoció a Gloria Gervitz en octubre de 1979, fecha que recuerda porque la autora le regaló un ejemplar de Shajarit y reveló que mantuvieron gran cercanía por tres décadas, tanto amistosa como literaria.
“Recuerdo que, siendo jóvenes, Gloria y yo compartimos la sensación de que las dos íbamos a vivir hasta ser muy viejas. Cuando supe de su enfermedad y de su muerte inminente, pensé: ¿qué pasó?, hasta que después me di cuenta que, en realidad, las dos éramos ya muy viejas. Los 79 años que tenía Gloria cuando se fue, hace casi un año, y los 77 que tengo ahora, no son ya tercera edad, rasguñan la cuarta o la quinta”, compartió en un tono de humor.
La poeta lamentó que Gervitz no alcanzara a ver la gran repercusión que va a seguir teniendo su libro Migraciones y recordó que poco después de su muerte -el año pasado- se editó en griego, sumando ya una lista de ediciones en varios idiomas y otras que están en proceso.
Por su parte, Myriam Moscona también lamentó la muerte de Gervitz, además del deceso de David Huerta y Eduardo Lizalde -quienes murieron en un espacio de tres años-, a quienes consideró poderosos faros de la poesía mexicana por sus grandes aportes a la literatura nacional.
“En 2009 participé en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, cuando se conmemoraron 30 años de la publicación de Shajarit, que fue una edición de autor que ella misma promovió y distribuyó”, recordó.
Señaló que Gervitz era muy respetada por la crítica; sin embargo, se le hizo a un lado, ya que por su silencio y discreción no se ha reconocido merecidamente su obra. “De lo que sí goza es de lectores de calidad que la siguen con devoción”.
A su vez, Luis Armenta Malpica recordó los años de amistad que pasó con Gervitz y rememoró las charlas telefónicas que tuvieron a partir de 2019, respecto a la última edición -o la “edición definitiva”, como la llamaba la poeta- de Migraciones en Mantis Editores, cuando le extendió la invitación para participar en el Festival de Poesía de Houston en el que fue curador y que, a causa de la pandemia por la Covid-19 se suspendió.
“A partir de 2019 elaboramos un par de antologías en las que aparecen textos de Gloria. Al principio era corrección de los textos, la traducción al inglés y a otros idiomas, y después se hizo una amistad que para mí ha sido maravillosa.
Armenta Malpica indicó que en la edición número 20 de la revista de poesía Paraíso, dirigida por Juan Carlos Abril, y publicada por la diputación de Jaén, España, José Luis Gómez Toré realiza un ensayo sobre el poema Migraciones y señala que “no es un elemento secundario del libro el diálogo con los muertos o, más bien, con las muertas: la abuela y, especialmente, la madre. Como si esos sucesivos pasos necesitaran reconciliarse con la figura materna, no sin antes marcar distancias”, leyó.
“La autoafirmación central del libro convive con una elegía o, mejor dicho, con un Kadish, la oración judía por los difuntos que, según el glosario, no habla nunca de la muerte. No hay que olvidar que tradicionalmente ésta es una oración masculina, cuya recitación corresponde a los hombres de la familia. Lo cierto es que Migraciones es, en no pocos pasajes, un hermoso Kadish.
Gervitz nació en la Ciudad de México el 29 de marzo de 1943. Fue poeta y traductora. Estudió Historia del Arte en la Universidad Iberoamericana. Como traductora trabajó con la obra de Kenneth Rexroth, Samuel Beckett, Susan Howe y Rita Dove.
Colaboró en publicaciones como Casa del Tiempo, Diálogos, Discurso Literario, El Cuento, El Zaguán, Krisis, La Brújula en el Bolsillo, La Jornada Semanal, La Vida Literaria, RI, Revista de la Universidad de México, Siempre! y Vuelta. En 1993 fue becaria del Fonca en el rubro de poesía, del Fideicomiso para la Cultura México–Estados Unidos para traducir la obra de la poeta estadounidense Lorine Niedecker, en 1995, y miembro del SNCA 1997-2003.
Entre otros reconocimientos, recibió el Premio Fernando Jeno 1986 y el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2019, otorgado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile. La mayor parte de su obra poética se agrupa bajo el título de Migraciones, formada por siete libros: Shajarit (1979), Yiskor (1986), Leteo (1991), Pythia (1993), Equinoccio (1996), Treno (2000) y Septiembre (2003).