El presidente de México Felipe Calderón envió una respuesta al periódico francés Le Monde, luego que este criticara la semana pasada la política anticrimen desarrollada por el ejecutivo de México, por lo que reproducimos la respuesta de Calderón al cotidiano galo
Le Monde:
México enfrenta el problema de la criminalidad
Felipe Calderón, Presidente de México
Al arribar a la Presidencia de la República, en diciembre de 2006, me encontré con una situación de creciente inseguridad en diversos puntos del país y que en su momento no tuvo respuesta de las autoridades. A ello se añadía el hecho de que las instituciones de seguridad y justicia, particularmente en los estados y municipios, estaban debilitadas por la cooptación y la intimidación de las organizaciones criminales.
De manera focalizada, la violencia se venía incrementando como producto de una lucha entre las organizaciones criminales, muestra de ello es que aún el día de hoy 9 de cada 10 homicidios corresponde a miembros de grupos delictivos.
Es cierto que han tenido resonancia en el mundo los homicidios violentos. Sin embargo, esa violencia obedece fundamentalmente a la lucha de unos grupos criminales contra otros que viven un proceso de inestabilidad provocado por la confrontación y ruptura interna, y a la vez por la acción decidida del gobierno federal que los debilita y hace más vulnerables a la acción de la justicia.
Mi gobierno decidió enfrentar el problema y no eludirlo. Por ello, pusimos en marcha una estrategia integral para detener la acción criminal. La Estrategia Nacional de Seguridad cuenta con cinco componentes:
1.- Operativos Conjuntos en Apoyo a las Autoridades Locales y a los Ciudadanos.
Para eliminar la amenaza del crimen organizado y apoyar a las instancias locales en la preservación del orden, era necesaria la presencia de una fuerza superior. Por ello, desplegamos a la Policía Federal y las Fuerzas Armadas en zonas específicas del país, con el fin de fortalecer la presencia de la autoridad pública.
Como nunca antes, estamos debilitando a las estructuras logísticas y financieras de la delincuencia. Hemos logrado decomisos históricos en drogas, armas y dinero ilícito. Por citar algunos ejemplos, durante mi gobierno se han decomisado más de 84 mil armas, lo cual supera a lo que el gobierno de Colombia ha decomisado a las FARC en la última década.
Además, hemos golpeado con firmeza a todas las organizaciones criminales. Tan sólo en 2009 capturamos a 70 lugartenientes de todos los cárteles. Ningún gobierno anterior había tenido un logro similar. Y en los últimos seis meses han sido capturados, o han perecido al resistir su captura, varios de los líderes más importantes a nivel internacional. El dinero en efectivo decomisado a las organizaciones criminales es equivalente a más de 345 millones de euros. Además, se ha asegurado droga equivalente a 46 mil millones de dosis.
2. Escalar las capacidades Operativas y Tecnológicas de las Fuerzas del Estado.
Desde el inicio de mi gobierno nos hemos concentrado en escalar las capacidades técnicas y operativas de la Policía Federal. Hemos multiplicado el número de sus integrantes e institucionalizado los exámenes de control de confianza. Hoy contamos con una policía federal mejor capacitada, mejor equipada y mejor pagada.
Además, pusimos en operación la “Plataforma México”, con la que se está avanzando en la consolidación del Sistema Único de Información Criminal, una poderosa base de datos de información delictiva compartida por las autoridades federales, estatales y municipales.
3. Reforma al Marco Legal e Institucional.
Iniciamos un esfuerzo sin precedentes para modernizar y rediseñar nuestro marco legal. Se aprobó la Reforma Constitucional al Sistema de Justicia Penal, con la que México adoptará un sistema con juicios orales, procesos simplificados y mucho más transparentes, así como un régimen de protección de los derechos de las víctimas. Esto es una herramienta fundamental para acabar de una vez por todas con la impunidad.
4. Una Política Activa de Prevención del Delito.
Sabemos que aunque la parte policial es indispensable, también es necesario atender el componente social. Por eso, hemos actuado también para fortalecer la confianza ciudadana y fomentar la cultura de prevención del delito, de la legalidad y de la denuncia.
Estamos fortaleciendo la seguridad en las escuelas, rescatando espacios públicos que estaban en manos de los delincuentes y poniendo en operación centros para la prevención y el tratamiento de adicciones. En ciertos lugares, el componente social de la estrategia incluye políticas activas de generación de empleos, fomento de actividades recreativas y deportivas, programas de mejoramiento urbano y de vivienda.
En materia de salud, se han construido y remodelado más de mil 800 clínicas y hospitales en todo el país. Y hacia 2012, México alcanzará la Cobertura Universal en Salud, es decir, médico, medicinas y tratamientos para todos los mexicanos.
5. Fortalecer la Cooperación Internacional.
Como lo reporta la Organización de las Naciones Unidas, el problema de las drogas es un problema que afecta a la comunidad internacional y por tanto requiere de estrategias multinacionales. En particular, el origen del problema en México deriva de nuestra vecindad con el principal consumidor de drogas en el mundo, deriva también de la facilidad con la que las organizaciones delictivas pueden adquirir armas en ese país. Por ello, nuestra estrategia incluye medidas de cooperación internacional, entre las que destaca la Iniciativa Mérida, que marca el inicio de una nueva etapa de cooperación con Estados Unidos, nación que ha reconocido que el crimen organizado es un problema común y que es importante luchar de manera corresponsable y conjunta en contra del crimen organizado transnacional.
Recientemente, hemos decidido fortalecer y perfeccionar la Estrategia Nacional de Seguridad para que, dentro de nuestro sistema federal, se convierta en una Política de Estado que trascienda periodos de gobierno e ideologías partidistas.
Con ese fin, a lo largo de las últimas semanas he establecido un diálogo democrático, plural e incluyente, mediante el cual me he reunido con organizaciones de la sociedad civil, empresariales y religiosas, con expertos en la materia, con medios de comunicación, fuerzas políticas, los poderes judiciales tanto de la Federación como de los estados, y los gobernadores, para entablar un diálogo franco y constructivo que nos permita revisar y consolidar una Política de Estado en materia de seguridad. Como resultado de estas mesas se está fortaleciendo el Estado con la participación de todos sus componentes y su orientación hacia un mismo objetivo: asegurar la tranquilidad de todos los mexicanos.
Gracias a estos diálogos, hoy contamos con una visión más integral del fenómeno delictivo. Pero sobre todo, y quizá lo más importante, es que empieza a haber una nueva actitud de parte de todos actores involucrados en el tema. Una actitud de cooperación y de apertura para encontrar vías novedosas, una conciencia clara de corresponsabilidad, y la certeza de que juntos vamos a derrotar al crimen.
Sé que lo que está hoy sucediendo en México puede generar la impresión equivocada sobre la magnitud de la inseguridad en el país. Sin embargo, lo que en realidad está sucediendo es que estamos poniendo orden donde no lo había. Así que si ven polvo es porque estamos limpiando la casa.