Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
Transcurrió un mes de la masacre en Nochixtlán, sin que existan resultados de las investigaciones sobre los hechos, lo que anticipa que los trágicos acontecimientos nunca serán aclarados, al igual como ha ocurrido con los casos donde se han visto involucradas las fuerzas policiacas de las tres instancias de gobierno, municipal, estatal, federal o el Ejército.
Además así lo evidencia lo dicho, ayer, por Luis Raúl González Pérez, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que la Fiscalía General de Justicia del Estado, del gobernador Gabino Cué, se ha negado proporcionarle la documentación de las investigaciones, argumentando que ya se la entregó a la Procuraduría General de la República (PGR), quien atrajo el caso.
La actitud de la Fiscalía es muestra de la ingobernabilidad que vive Oaxaca, donde ya no hay interés de que se aplique la justicia a quienes fueron ultimados, por la actuación alevosa, donde no hubo advertencia de las fuerzas policiacas para que se retiraran los manifestantes que bloqueaban la autopista a la ciudad de México.
No hay explicación por qué los policías avanzaron hacia el poblado, distante mil 500 metros del punto del bloqueo, al inicio del caserío de Asunción Nochixtlán, donde se registraron los más fuertes enfrenamientos, con las fuerzas policiacas.
Da la impresión que se buscaba dar un escarmiento a la población para que dejara de apoyar a la insurgencia magisterial, para desalentarla que lo siguiera haciendo y que todo fue calculado, ya que la Mixteca, particularmente la asentada en esta microrregión se ha caracterizado por su pasividad.
Tampoco es creíble que Enrique Galindo Ceballos, comisionado General de la Policía Federal de México y presidente de la Comunidad de Policías de América, quien ha recibido reconocimientos internacionales; experto negociador en secuestros, haya cometido la torpeza de no tener información sobre la concentración de la población civil en Nochixtlán, por ser día de plaza, donde concurren alrededor de cinco mil personas, sobre todo mujeres y niños, de al menos cien poblados, tanto mixtecos como chocholtecos, zapotecos y triquis.
Arely Gómez González, titular de la PGR, se ha reunido con Jan Jařab, representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), para fijar el marco de actuación de las instancias que representan a fin de poder aclarar la masacre de Nochixtlán, por ello resulta cuestionable que el gobierno de Gabino Cué, se haya negado a entregar la documentación solicitada por la CNDH.
También es lamentable que Mariana Gómez del Campo, senadora y presidenta de la Comisión de Seguimiento de los hechos ocurridos en Nochixtlán, Oaxaca, haya declarado que no hubo condiciones para llegar a ese municipio mártir de la mixteca oaxaqueña, por lo que en nada contribuye a investigar los hechos con veracidad ni a restablecer el tejido social de Oaxaca.
Que lejos ha quedado aquel 1 de diciembre del 2010 cuando Gabino Cué, tomó protesta como gobernador de la paz y el progreso y se comprometió ante el pueblo de Oaxaca, poner fin a la impunidad, a la represión, al acoso político y al autoritarismo para acallar las inconformidades, por lo que “nadie estará por encima de la ley” ni se tolerarán actos de corrupción.
Hoy la administración estatal es una pesadilla para Oaxaca, por ello es común oír decir entre líderes de opinión que lo único bueno del gobierno de Gabino Cué es que ya se va y que “estábamos mejor cuando estábamos peor”.
En su toma de protesta aseguró que pretendía “transitar a una democracia más participativa mediante figuras como el plebiscito, la consulta popular y la revocación de mandato”.
Sin embargo, estos no son necesarios hacer ante el rechazo popular a su mandato, que lo han llevado a hacer las audiencia públicas atrincherado en las oficinas de Ciudad Administrativa, al igual que eventos como el homenaje al Benemérito Benito Juárez, por lo que él solo, sin que nadie se lo pida, debería de renunciar.
@MiguelAschulz
