Por Horacio Corro Espinosa
Para el 18 de septiembre de 2018
A veces nos gustaría saber por dónde andan los delincuentes para evitarlos. Son tantos que algunos están dentro de la policía, otros son funcionarios de gobierno, y otros tantos de la sociedad civil.
Si le preguntamos a la gente que de quién desconfía más, nos dirán seguramente que de la policía.
La semana pasada, los empresarios de la Mixteca que han sido objeto de asaltos en las carreteras de esa zona oaxaqueña, solicitaron una reunión urgente con el secretario de Seguridad Pública de Oaxaca, José Raymundo Tuñón Jáuregui, por el incremento de asaltos y asesinatos a chóferes transportadores de productos por la zona de Santiago Tamazola.
Tuñón Jáuregui llegó a Huajuapan de León a la reunión urgente. Llevó a su gente más cercana para que escucharan directamente a los empresarios que han sido robados y asaltados frecuentemente. Uno de los empresarios le anotó al secretario, la cantidad de vehículos y productos que le han quitado en los caminos estatales sin que la policía, que está bajo su responsabilidad, haya querido intervenir.
De estos hechos, el presidente municipal de Tamazola, Óscar Sánchez, nunca ha reportado ninguno de los hechos violentos que han sucedido dentro de su jurisdicción municipal. Su silencio suena a complicidad. Y lo más raro, los delincuentes nunca han asaltado a los vehículos de los empresarios de esa población.
En dicha reunión, que fue a puerta cerrada, se tomaron los acuerdos para que la Policía Estatal empezara a realizar rondines en aquella zona y evitar los repetidos asaltos carreteros.
Después de eso, ni bien se habían cumplido las 24 horas de aquella reunión, cuando adelante de Mariscala y dentro del municipio de Tamazola, fue detenido expresamente uno de los vehículos del empresario que mostró mayor número de quejas ante el secretario.
Los delincuentes, después de torturar a los tripulantes del vehículo, de quitarles los celulares y de robarles los productos que llevaban, le mandaron un mensaje al empresario: “dile a tu patrón que ya nos enteramos que fue de chillón ayer con el secretario, y eso no se lo vamos a perdonar. Tampoco al resto de chillones que estuvieron en la reunión”.
Ante esta amenaza, los empresarios despojados de la Mixteca, se preguntan que cómo es posible que estos delincuentes estuvieran enterados de lo que habían acordado en la reunión.
Temerosos, creen, que Tuñón Jáuregui, tenga dentro de su equipo cercano y de más confianza, a alguna persona que esté coludido con la delincuencia organizada.
También, puede ser, dicen, que el mismo secretario de Seguridad Pública de Oaxaca, sepa lo que hace su gente y por eso actúan con libertad. De ser así, está traicionando al gobernador Alejandro Murat Hinojosa.
Además, Tuñón Jáuregui no respetó su compromiso con los empresarios, pues el comandante de la Policía Preventiva en esa zona, de apellido Jarquín, ni se inmutó ante la solicitud de auxilio después del asalto. Es más, ninguno de sus elementos se acercó por allí. Lo que quiere decir, que hay un claro contubernio con la delincuencia. La misma actitud tienen las comandancias de Huajuapan, Juxtlahuaca y Silacayoapan: nunca han apoyado las solicitudes de auxilio de los camiones asaltados.
Por la gravedad del asunto, los empresarios, clientes de la delincuencia, tomaron la decisión de abandonar aquella zona de Tamazola. Y para muestra, ya dejaron de entrar a las poblaciones todas las marcas nacionales importantes del país. Lo preocupante del asunto es que las localidades que están adelante de Tamazola, son las que van a sufrir las consecuencias por el desabasto que se les vendrá encima.
Otra cosa que preocupa a los empresarios de la Mixteca, es que una persona del equipo del secretario le pidió a cada uno de los presentes su nombre, su número de teléfono, su dirección y el nombre de su empresa. No dudan que esos datos ya estén en manos de la delincuencia, además de las fotografías que se tomaron con Tuñón Jáuregui.
Parece que la reunión no fue recíproca, porque ellos, de buena fe, se sentaron con el secretario, pero parece que la plática fue aprovechada por los asaltantes, porque, cómo entonces se enteraron de quiénes participaron, y lo que dijo cada uno de ellos.
Una cosa prometen los empresarios: jamás volverse a sentar con Tuñón Jáuregui, pues hacerlo, sería entregarse nuevamente a la delincuencia.
Ahora más que nunca, pueden asegurar que la delincuencia, trabaja con el permiso de quien está al frente de la seguridad de los oaxaqueños.
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