Entrelíneas
Miguel Ángel Schultz
El proceso electoral de Oaxaca donde se elige gobernador, 42 diputados y 153 presidentes municipales por el sistema de partidos políticos, es el más complejo que se ha efectuado en la entidad, ante lo cerrado de la contienda, la ausencia de una Ley Electoral estatal, la inconformidad social de la Sección 22 del SNTE, el ambiente de inseguridad que existe en el estado y la falta de solidez y credibilidad del árbitro electoral.
Este ambiente de tensión y crispación social ha llevado al consejero presidente del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), Gustavo Meixueiro Nájera, a anunciar que pedirá la intervención del Ejército, para garantizar los comicios del próximo 5 de junio, lo que representa un retroceso de la democracia, pero refleja de cuerpo entero lo que es y ha sido el Gobierno del Cambio que preside Gabino Cué.
Resulta lamentable que un gobierno que llegó al poder hace seis años, con una amplia aceptación popular, con una propuesta de cambio, de gobernar obedeciendo, que le hizo referirse a la sede del poder ejecutivo ya no como Palacio de Gobierno, sino demagógicamente la “Casa del Pueblo”, hoy tenga que recurrir a los soldados, la gendarmería y la policía para garantizar el derecho a votar y ser votado, que es el sustento del Estado de Derecho.
No hay duda, lo que se vive en Oaxaca no es algo espontáneo, es resultado de un proceso que se inició junto con el primer día de gobierno de la actual administración. El que no se cuente con una Ley Electoral, es producto del manejo faccioso de las fuerzas políticas representadas en la 62 Legislatura del Estado, que llevó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) a declarar, en octubre pasado, inconstitucional la ley electoral aprobada en medio de un zafarrancho legislativo.
Al IEEPCO, el gobierno de Gabino Cué lo llevó a efectuar una consulta, para justificar la construcción de un Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín, lugar histórico de Oaxaca, tan sólo para saciar los apetitos económicos de un empresario metido a funcionario y ahora a político, consulta que luego de realizada fue considerada sin sustento legal por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, a finales de enero de este año.
Lo delicado de esto fue que el IEEPCO perdió no sólo legitimidad, sino se subordinó a intereses ajenos a su función y al perder autonomía, ahora tiene que tomar acuerdos que contravienen los principios por los que debe velar. Sólo así se entiende lo ocurrido la madrugada del 23 de abril, cuando de entrada aún sin aprobarse las listas de candidatos de representación, ya algunos candidatos de mayoría empezaron actos de campaña a las cero horas de ese sábado como lo marcaba el calendario electoral, que el propio IEEPCO no pudo respetar.
El retraso obedeció a que una sesión prácticamente de trámite se complicó de tal manera, debido a que el Partido Acción Nacional (PAN) no respetó el derecho de género y su lista tuvo que modificarse, por decisión del IEEPCO a propuesta de Meixueiro Nájera, en un receso de 15 minutos que se volvieron 50, por ello Juan Iván Mendoza Reyes, dirigente estatal del blanquiazul, tuvo que pasar a segunda posición y Eufrosina Cruz Mendoza, al primero.
Recorriéndose además, salomónicamente, las otras 16 posiciones de las 17 que conforman las fórmulas de la lista para garantizar la permanencia de Mendoza Reyes, ya que representantes de otros partidos pedían y piden que lo echen de la lista como sucedió con el caso de Alejandra García Morlán, actual diputada local que desplazó a Perfecto Rubio Heredia, en los comicios pasados.
Esta determinación del IEEPCO será llevada al Tribunal Estatal Electoral de Oaxaca (TEE), al considerar que la actuación de sus consejeros fue indebida, al no velar por la equidad de género, situación similar que se presentó en Chiapas meses atrás y que concluyó con la separación del cargo de tres consejeros por acuerdo del Instituto Nacional Electoral (INE).
@MiguelAschulz
