El gabinetazo de Gabino en conflicto ¿Ético o moral?


Miguel Ángel Schultz Dávila.-
El gobernador Gabino Cué se ha metido por determinación propia en una encrucijada, que lo ha llevado a una crisis institucional en sus primeros días de su gobierno, lo que le representa serios riegos políticos.
Todo empezó al fijar la regla que, para formar parte de su gobierno, era necesario presentar título de estudios a nivel licenciatura mínimo, lo que no encaja en la realidad educativa de Oaxaca, si tomamos en cuenta que los niveles de educación en la entidad son de los más bajo del país y contamos con los niveles más altos de analfabetismo; lo que no necesariamente nos vuelve un pueblo inculto e ignorante.
Para algunos seguramente el argumento, que no debe ser regla para formar parte de la administración pública el nivel de escolaridad, resultará una concesión al atraso o a la ignorancia, pero no es así, es antes que nada un argumento de equidad con la realidad social de Oaxaca, donde se alcanza un promedio de escolaridad del 6.1 años.
Es decir apenas si rebasamos el nivel de primaria, eso sin tomar en cuenta los niveles de aprovechamiento, que seguramente estaremos peor.
Es necesario observar que quienes han tenido la oportunidad de estudiar en Oaxaca, lo han hecho porque han contado con los medios y las condiciones para hacerlo; es decir, han sido los que coloquialmente se les dice de la clase “pudiente”, de los ricos, de los que han estado ligados al poder y el poder por 80 años estuvo en manos del un solo partido, el Revolucionario Institucional (PRI) que mantuvo precisamente las condiciones de pobreza y desigualdad, que Gabino Cué está obligado a cambiar.
Solo algunos oaxaqueños, los menos, se han sobrepuesto a sus condiciones estructurales de desigualdad y han logrado terminar sus estudios profesionales, pese a todas las adversidades; son digamos verdaderos garbanzos de a libra, pero no son la generalidad.
Preguntémonos porque la Universidad Autónoma “Benito Juárez” (UABJO) está en las deplorables condiciones académicas en las que se encuentra, ¿es solo porque está en manos de mediocres? o ¿habrá elementos políticos que ahí la han llevado?
Es precisamente la UABJO donde tienen la oportunidad de educarse los que se les dice “los hijos del pueblo” y de la que se ha apoderado un verdadero hijo, y no precisamente del pueblo, que la tienen en nivel de institución mediocre ya que el poder que tiene Abraham Martínez Alavés, no le cayó del cielo.
Otra cosa distinta es que quienes no tengan estudios traten de sorprender a la sociedad y para ello cometen ilícitos, como lo es la falsificación de documentos oficiales o la suplantación de personas, apropiándose de cédulas profesionales, porque esto los convierten en delincuentes.
Sobre los títulos hay que observar que nadie pondrá en duda la capacidad intelectual y formación académica de Ricardo Flores Magón, que es uno de los ideólogos más vigorosos de la Revolución Mexicana y para ello no tuvo que presentar título alguno.
Yendo a los extremos se encuentra Ignacio Lula Da Silva, presidente de Brasil considerado el mejor presidente de Américalatina, quien tampoco posee un título universitario, ni estudio en Harvard, cuyo ambiente intelectual y académico en el que creció lo resume el mismo cuando expresa que su padre era “un poso de ignorancia”.
Gabino Cué, ¿cómo explica la situación de su secretaria de Gobierno Irma Piñeyro Arias?, para la que tuvo que pedir la dispensa de los diputados para colocarla en él cargo, caso que abrió la Caja de Pandora para la actual administración y ahora no sabe qué hacer.
Insisto que no trato aquí de abonar a favor de la falta de preparación académica o capacidad de quienes ocupen cargos en la administración pública, sino simplemente que el gobernador Gabino Cué sea congruente con la realidad de Oaxaca.
Los dos extremos de esta realidad oaxaqueña las vivió su gabinetazo, en los personajes de Alfredo Ahuja, ex secretario de Turismo, tal vez el funcionario más breve de la historia de Oaxaca, que falsificó documentos, miembro de la rancia burguesía tuxtepecana, que presumió de lo que no era teniéndolo todo y la de Adelfo Regino Montes, ex secretario de Asuntos Indígenas, que tampoco pudo presentar título profesional, pero nadie duda de su vigor teórico y académico en asuntos indígenas, que en un acto de congruencia dimitió a su cargo.
Ahora Gabino Cué está en un brete, ¿se atreverá someter a proceso judicial a su ex Secretario de Turismo, Alfredo Ahuja? ¿Investigará realmente a todos su colaboradores?, porque dentro de los cerca de 70 de funcionarios del primer círculo muchos de ellos tienen serias inconsistencia en su formación académica, que dicen tener,¿ los destituirá?.
De no hacerlo así el propio Gabino Cué se está poniendo en un predicamento del que no podrá salir a lo largo de todo su sexenio, porque el gobernante del cambio está ante un problema ético y no ante un conflicto moral, como creo que lo está percibiendo.

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