Todo va bien, pero…

Porfirio Santibáñez Orozco

UNO de los aspectos más importantes de la realidad actual es que el mundo está cambiando y todos los actores políticos se tienen que poner a tono con él. Como parte de esa realidad cambiante Oaxaca cuenta entre sus haberes, por primera vez en mucho tiempo, con una gran oportunidad para alcanzar mejores niveles de desarrollo humano.

Dos son los factores que podrían potenciar nuestro desarrollo, ponerle su marca. La gran participación ciudadana que se sigue dando a pesar de las dudas que todavía asaltan de vez en cuando a lo incrédulos. El estado cuenta con un gobernador electo que actúa sin perder de vista que su victoria es un producto de la participación de un amplio sector de la sociedad oaxaqueña.

Cierto que los cambios sociales no ocurren nunca a la velocidad que la impaciencia de unos quiere ni tienen el sentido que a otros les gustaría, pero finalmente a pesar de que la sociedad tiene sus tiempos y que las transformaciones asumen un carácter milimétrico, apuntan en un sentido preciso y establecen metas alcanzables a las que sin duda llegaremos.

Tres acontecimientos que acaban de ocurrir apuntan claramente a configurar un escenario deseable para la realidad a la que nos dirigimos; sin embargo, un hecho recientemente comentado constituye un riesgo que podría detener, por cierto tiempo, cualquier avance.

La definición de lo que será el programa de gobierno 2010-2016 sigue adelante con una amplia participación ciudadana. La gama de asuntos que se están abordando además de amplia es precisa y la forma en la que se está elaborando el plan resulta inédita, por lo menos para lo que ha sido hasta ahora la elaboración de planes de gobierno estatal.

Los temas hasta ahora esbozados que se van a integrar al plan incluyen los temas de educación, salud, desarrollo, políticas con una perspectiva de género, grupos sociales en situación de vulnerabilidad y diversidad sexual, entre otros.

El tiempo es un factor importante a considerar en cualquier actividad humana, especialmente si es de carácter colectivo. Elaborar el plan con base en el cual se espera que actúe el próximo gobierno es una actividad fundamental que arrancó con éxito después de la convocatoria del gobernador electo; quienes trabajan en esta tarea están a tiempo de definir las metas a corto, mediano y largo plazo que se quieran alcanzar.

Por otra parte, se están dando los siguientes pasos tendientes a contar con un nuevo gobierno, entre ellos, el primer encuentro de Ulises Ruiz con Gabino Cué y el anuncio de Cué, al inaugurar el ciclo escolar 2010-2011, de que convocará al magisterio para que participe en la elaboración de una ley estatal de educación.

Tanto el encuentro como la declaración resultan sumamente oportunas porque le dan certeza al cambio de gobierno y demuestran que a pesar de la reticencia el cambio se dará. Habrá que destacar que la invitación al magisterio la dio a conocer el gobernador electo varios días después de que uno de los voceros de la sección 22 del magisterio declaró que no se les está tomando en cuenta.

A pesar de que hechos como estos podrían dar lugar a un optimismo desbordante, hay una cosa más que pone un tono gris de tiempo nublado a esta situación: el comentario del gobernador electo de Sinaloa Mario López Valdez (Malova) sobre la posibilidad de que el crimen organizado atente contra un gobernador como lo hizo con Colosio, Ruiz Massieu, el ex candidato a gobernador de Tamaulipas y otros.

La rápida respuesta tranquilizadora de Gabino Cué a la declaración de Malova, en el sentido de que no hay por qué alarmarse y que no va a redoblar la vigilancia personal con la que cuenta, es apropiada y está basada en la mesura, pero olvida que, sobre todo en el último sexenio, han ocurrido en Oaxaca varios crímenes que han tenido un marcado tinte político. Abundaremos…