Pájaros Alambreados / Exhibe la ONU a un Estado débil e incapaz de controlar la violencia

*50 asesinados en menos de 48 horas*El crimen organizado tiene el monopolio de la violencia

Por Libre Pensador

Mientras los partidos ya pusieron las cartas sobre la mesa del 2012 con sus evidentes jugadores Enrique Peña Nieto, Manuel López Obrador y Ernesto Cordero, en la salvaje y sucia lucha por el poder presidencial que se avecina, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la jurista sudafricana Navanethem Pillay, se fue del país escandalizada, visiblemente consternada y con la clara idea de que México es un país dominado por las violaciones flagrantes a los derechos humanos por parte de agentes gubernamentales y de un Estado mexicano incapaz de impedir la violencia desatada por las organizaciones criminales del narcotráfico, el secuestro y la extorsión.
Pillay manifestó su profunda consternación:

“Estoy profundamente preocupada por los niveles tan altos y extraordinarios de violencia del crimen, porque sus acciones brutales amenazan el núcleo del Estado y tienen consecuencias desastrosas en términos de derechos humanos. Ciertamente siento que es una enorme amenaza a la estabilidad del Estado”.

Pillay pidió al presidente Calderón que la presencia militar en operaciones de seguridad sea excepcional, con límite de tiempo y de acuerdo con las fronteras establecidas por los estándares de los derechos humanos.

La funcionaria de la ONU demandó lo que se le ha pedido reiteradamente al gobierno del PAN, asegurar las garantías de toda la población a vivir libre de amenazas ante sus derechos fundamentales como la vida, la integridad física, sus libertades y la justicia.

Además otro de los temas de su agenda de preocupaciones de la funcionaria de la ONU es la no criminalización de las luchas sociales, la persecución de líderes opositores y la reparación de los daños de las víctimas de los llamados “daños colaterales”, así como la eliminación de la práctica de la tortura en los aparatos de seguridad del Estado.

Pero el Estado mexicano encabezado por el gobierno del presidente Felipe Calderón difícilmente la oirá. Si no lo hizo cuando escuchó el llanto de una madre con cuatro hijos, dos muertos y dos desaparecidos por la guerra en el Castillo de Chapultepec, es remoto que lo haga en el último tramo de su administración aunque se lo diga una representante de las Naciones Unidas.

Sigue y seguirá empeñado Calderón en vivir en el error, en la falsa creencia que la sola exhibición de la fuerza como disuasión será suficiente para resolver el problema de la violencia, una estrategia de pobres y pírricos resultados, como lo demuestra al enviar más policías federales a Michoacán, y prueba que a su gobierno le esta negada la inteligencia.

Michoacán arribo de tropas de la Policía Federal

En menos de 48 horas son asesinados 50 personas de distintas edades en Mazatlán, Monterrey, Torreón y en Chalco, por más que el vocero de seguridad de Los Pinos, el doctor Alejandro Poiré pretenda maquillar la tragedia que vive la sociedad mexicana con un gobierno inútil para lograr garantizar el derecho a una tranquilidad social pública.

Las cabezas de hombres y mujeres ejecutados regadas en las calles de Torreón manifiestan esa virtual derrota de un gobierno que ni con el abrazo del Castillo de Chapultepec entre Felipe Calderón y Javier Sicilia hace pocas semanas, le aflige el dolor de las familias de las víctimas y la situación de terror que vive un país que ha importado su violencia a la vecina Guatemala, con el asesinato de un ruiseñor latinoamericano, Facundo Cabral.

Si nos atenemos al clásico de la ciencia política Max Weber, al Estado mexicano el crimen organizado le arrebató el monopolio de la violencia. Con su enorme poderío para ejercer la violencia las distintas organizaciones criminales sean Caballeros Templarios, Zetas, Carteles del Golfo o del Pacífico y otras que los simulan, tienen secuestrado al país y de rehén al pueblo mexicano.
¿Sí estas temibles organizaciones criminales son capaces de manipular la violencia y arrodillar a un gobierno que supuestamente tiene todo el poder del Estado, que nos espera para julio del 2012?

Cuando la Alta Comisionada de las Naciones para los Derechos Humanos advierte del gran poderío y capacidad de asesinar alcanzado por el crimen organizado para minar las raíces de la democracia en México y amenazan la estabilidad del Estado, es evidente que el país se encuentra en un gravísimo peligro para su vida institucional y para el ejercicio de las libertades públicas, como ya ocurre con la libertad de prensa, con periodistas asesinados y desaparecidos.

La señora Pillay salió tan horrorizada de México como se fue la presidenta de argentina Cristina Fernández viuda de Kirchner después de su visita al país en mayo pasado.

Horas antes que la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU informara sobre su visita al país en Mazatlán ya habían asesinado a ocho personas, entre ellas dos músicos, y horas después de su salida del país, en Monterrey, un comando de criminales asesinó a otras 21 personas y había dejado gravemente heridas a otras cinco en un ataque indiscriminado con armas de alto poder contra clientes, meseros y bailarinas de un bar ubicado en la zona centro de esa ciudad norteña.

La semana en la que estuvo aquí la doctora Pillay ocurrieron espantosos hechos de sangre. Parecería que las organizaciones criminales se propusieron exhibir un Estado acorralado por la delincuencia organizada porque ese mismo día en que la funcionaria de la ONU hablara sobre la situación de México en materia de derechos humanos, en la ciudad de Torreón se encuentran los cuerpos decapitados de tres mujeres y siete hombres y horas después ocurre el asesinato de las 21 personas en un bar de Monterrey y en Chalco se descubren los cuerpos masacrados de otras once personas. O sea que.

Portavoz del Consejo de Seguridad del gobierno mexicano, Alejandro Poiré.
El portavoz del Consejo de Seguridad, Alejandro Poiré, tratando de justificar la incapacidad del Estado para impedir la violencia, atribuye con una descarada simpleza que los asesinatos múltiples se deben a los enfrentamientos entre las organizaciones del narcotráfico.

Ese sentimiento de patente incredulidad ante las acciones del gobierno fue puesto de manifiesto por un reportero no identificado en la última conferencia del doctor Poiré. El reportero le preguntó sobre una situación que nos cuestionamos muchos escribientes y lectores por distintos medios:

“Por qué si, aunque pudiera parecerle inaudible, usted afirma que vamos virtualmente ganando, sin virtualmente bajo la óptica gubernamental, por qué no permea esa visión en la población. Por qué la gente no cree, no nada más es Sicilia, no nada más es Marchas por la Paz, por la Seguridad. Por qué la gente no cree el mensaje gubernamental de que esa guerra se va ganando. Por qué juzga usted que hay un principio de incredulidad ciudadana, o por lo menos eso ha permeado, o esa es mi opinión en todo caso, que quisiera que compartiese con usted su criterio.

“Y en seguida, Doctor coméntenos, realmente la violencia va a combatirse con más violencia. Así lo entendí de su planteamiento, no vamos a dejar, a la violencia vamos a, solamente hasta que se eliminen las raíces o los sentidos de las bandas criminales para abatir dicha violencia. La violencia con más violencia, me recuerda usted a Porfirio Díaz diciendo mátenlos en caliente”, le preguntó un reportero sin mordaza como los hay en un buen número de medios impresos.

Las familias de las víctimas lo único que reciben del gobierno federal, a través del doctor Poiré son condolencias; no hay respuestas que permitan terminar con los sanguinarios crímenes atribuidos a las organizaciones criminales.

Queda claro que el enorme desafío para los partidos y sus candidatos a la elección presidencial de 2012 es probar que sus propuestas van más allá de la simple lucha por el poder y el manejo de los cuantiosos presupuestos públicos gubernamentales.

Su principal reto es cómo debe el Estado mexicano recuperar el monopolio de la violencia que le atribuye Max Weber a los Estados modernos del siglo XX, con soluciones de fondo al insondable conflicto de la desigualdad social, la falta de oportunidades a millones de jóvenes que aunque estudien y trabajen su futuro de vida carece de oportunidades reales.



José Narro Robles, rectos de la UNAM
El rector José Narro ha estado insistiendo hasta el cansancio – Juárez decía que a los necios hay que hablarles fuerte y seguido-en que ninguno de los mexicanos nos podemos hacer de la vista gorda ante el problema de la violencia que vive el país.

El país vive bajo un estado de ocupación policiaco-militar que ha resultado inútil con el alto riesgo que significa exponer al juicio público a la última institución que gozaba de cierto prestigio en la sociedad mexicana, las Fuerzas Armadas.

Pillay, egresada de la Universidad de Harvard como Doctora en Derecho, juez en el Tribunal Penal Internacional para Ruanda durante ocho años, y en la Corte Penal Internacional en La Haya, sabe muy de lo que habla cuando juzga en México el aumento de los reportes de violaciones a los derechos humanos y el uso excesivo de la fuerza por parte de los “agentes del Estado en sus acciones contra la delincuencia organizada “, entendamos soldados, marinos, policías federales y agentes municipal, estatal y federal.

A la doctora en Derecho de la Harvard Law School poco le faltó decir que en México se practican ejecuciones extrajudiciales cuando en los choques con los delincuentes, la mayoría de ellos son muertos, como induce a pensar el ahora exvocero de la PGR, Ricardo Celso Nájera Aguirre, ahora responsable del área de Averiguaciones Previas, cuando mencionó, a propósito de la detención de uno de los asesinos de San Fernando, que se trataba de ejecuciones “clandestinas”.

Lucio Cabañas Barrientos
Porque más que sospechosos son los asesinatos de María Isabel Ayala Nava, viuda de Lucio Cabañas Barrientos y su hermana Reyna, en Xaltianguis, Guerrero, el pasado domingo 3 de julio. Al igual de las amenazas de muerte contra la profesora Micaela Cabañas Ayala, hija de María Isabel Ayala Nava y Lucio Cabañas Barrientos. ¿A quién benefician esos crímenes? ¿De qué sirvió el triunfo del expriista Ángel Aguirre, postulado por esa estrambótica alianza del PRD al que se unió en el último tramo electoral el PAN?

De qué sirvió elegir a un expriista que finalmente es más de lo mismo desde las masacres de los copreros en los sesentas o los de Aguas Blancas en los noventas del siglo pasado.

La visita de la doctora Pillay evidencia que el gobierno de Acción Nacional no ha tenido para dónde hacerse con las masacres de víctimas no beligerantes y que no ha podido impedir ni ha logrado limpiar sus propias corporaciones de seguridad cuando se atrapan agentes en funciones y ex policías federales vinculados a secuestros y asaltos.

La doctora Pillay fue cofundadora de la organización internacional no gubernamental Equality Now y participó con diversas organizaciones que trabajan sobre protección a los derechos a la infancia, los presos, las víctimas de la tortura y de la violencia doméstica. Por lo menos hasta ahora públicamente no hay una respuesta convincente del gobierno federal sobre las apreciaciones de la doctora Pillay por parte del doctor Alejandro Poiré, porque difícilmente las tiene.

El diagnóstico de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos no tiene ni una coma de desperdicio. Primero advirtió del gran poderío y capacidad de asesinar que tienen las organizaciones criminales que no sólo minan las raíces de la democracia, amenazan la estabilidad del estado.
“Cualquier delito del crimen organizado al nivel que se define aquí, como el de los líderes de los cárteles de la droga que tienen más poder, más dinero y capacidad de matar y amenazar la vida, ciertamente mina las raíces de la democracia y los derechos civiles”, dijo la doctora Pillay.

Tema que nos toca a todos los que tenemos un espacio en el periodismo impreso o digital es la mortalidad y desaparición de nuestros colegas. Del hostigamiento en sus fuentes de trabajo, penosos salarios, enfrentan los riesgos de caer en las trampas de los diferentes carteles del crimen organizado y de policías y funcionarios judiciales corruptos que son parte del mismo juego de perversidades.

La señora Pillay agregó a su agenda de consternaciones la situación de los periodistas mexicanos por los “altos niveles de impunidad que prevalecen en los ataques contra los periodistas”. Casos como los de Lidia Cacho es de los más evidentes por denunciar a la red de pederastas que alcanza empresarios y políticos. En el caso de Lidia está claro que es perseguida por sus denuncias, pero en otros casos no sabemos más o que los mataron, desaparecieron o son amenazados de muerte.

Pero no sabemos más. Los mismos medios de comunicación donde laboraban las víctimas o los ocultan o se han hecho los desentendidos. De la mayoría de las periodistas víctimas de asesinatos o desapariciones ignoramos tanto sus condiciones de trabajo o sus relaciones de poder. Apenas alcanzamos a saber algo de sus familias, que son padres o madres con hijos, pero no más. Después sus medios callan.

Lo único que sabemos es que ya forman parte de las estadísticas y por tanto de la impunidad de las muertes que ocurren en el país por la situación de abandono a las mínimas garantías para ejercer el trabajo de informar con toda libertad y sustentados en principios de responsabilidad social con la sociedad mexicana.

Los medios de comunicación donde han laborado las víctimas periodistas del horror mexicano del siglo XXI dejan de informar deliberadamente y dejan importarles sus muertes o desapariciones. Puede haber casos aislados como el del columnista de Notiver, Miguel Ángel López Velasco, asesinado en su casa el pasado 20 de junio junto con su mujer y su hijo. Su empresa periodística le dio seguimiento a los crímenes hasta que aparentemente se identificó al autor de las muertes.

Pero no sabemos más de nuestro medio y de las víctimas o sobre presumibles hechos de colusión o complicidades como las revelaciones relacionadas con el gremio que hace el columnista Raymundo Riva Palacio. Después del affaire entre la lidereza Elba Esther Gordillo y su ex empleado Miguel Ángel Llunes, Riva Palacio escribió en su columna de Eje Central que “el nuevo secretario general del SNTE, Juan Díaz, ordenó que sacaran la chequera y que comenzaran a disparar cañonazos de dinero entre columnistas políticos y periodistas” para controlar los daños en los medios a Elba Esther.

Una buena noticia para aliviar el “maltrado ánimo nacional”, como dijo un comentarista deportivo de Televisa, el triunfo de los jovencitos de la sub17 de futbol en un Estadio Azteca llenó hasta el copete y con un presidente que temeroso al juicio público apenas se le vio al entregar el trofeo a los triunfadores.

Miguel Ángel

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com
Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial