Entrelíneas

Miguel Ángel Schultz

Pese al anuncio oficial del secretario de Turismo y Desarrollo Económico del Gobierno de Oaxaca, José Zorrilla de San Martín Diego, que calificó de año histórico el 2015 por los logros alcanzados, las cifras que reportan organismos como el Instituto Mexicano para la Competitividad A.C., desmienten lo dicho por el funcionario que ha sido incapaz, no sólo de lograr que las condiciones estructurales que generan la pobreza en la entidad cambien, sino incluso de decir la verdad, porque miente con una facilidad y seguridad asombrosa. Por citar un dato: la meta fijada de crecimiento fue del 6 por ciento y la alcanzada de menos del uno por ciento, al ser apenas del 0.8 por ciento, al segundo trimestre del año pasado, que son los datos con los que se cuentan.

Por ello, la aprobación que hizo la sexagésima segunda Legislatura del incremento en el impuesto a la nómina, la madrugada del 31 de diciembre, traerá peores consecuencias para la economía de Oaxaca, cuya clase empresarial y comercial, está en ruinas, por decir lo menos, en parte por la política fracasada del empresario-funcionario Zorrilla de San Martín Diego. Además de los adeudos a proveedores que tiene el Gobierno del Estado por más de mil millones de pesos, según lo reconoce el propio secretario de Finanzas, Enrique Arnaud Viñas.

Los dirigentes de 11 Cámaras suplicaron a los diputados, en una reunión el pasado 14 de diciembre, su intervención para impedir el incremento de ese impuesto del dos al tres por ciento, ya que ello representaba un aumento del 50 por ciento. Demanda que no fue escuchada pese a las promesas y compromisos vertidos empezando por la presidenta de la Junta de Coordinación Política, Natividad Díaz Jiménez, del Partido Acción Nacional (PAN); de Alejandro Avilés Álvarez, coordinador de la Fracción del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de Jesús López Rodríguez del PRD. La aprobación del aumento impositivo fue por unanimidad, es decir ni un voto en contra, ni abstención.

Por las condiciones de pobreza en las que vivimos, la paz social en la entidad está cada vez en mayor riesgo, no hay que olvidar el estallido social que se registró el 14 de junio del 2006, ante el intento fallido de desalojo del plantón de integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), ordenado por el entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Desde luego no serían por las mismas causas ni de la misma forma, pero el malestar social se está acumulando de nuevo, contra un gobierno cada vez más insensible ante las necesidades más apremiantes del pueblo que dice representar. Que en vez de salud le dan pistas de hielo; que en vez de justicia, le hace calles de millones de pesos; que en vez de educación, le construyen deportivos que no acaba; que en vez de seguridad promueven el consumo de mezcal.

Si no fuera por los cerca de mil millones de dólares, que envían las y los migrantes,  como lo dio a conocer el director general del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante, Rufino Domínguez Santos, que representó un incremento del 8.8 por ciento del año pasado, sin duda que la explosión social estaría devorando a la entidad. Por cierto dicho Instituto tiene apenas un presupuesto que no le alcanza ni para trasladar a nuestros paisanos que mueren trágicamente en Estados Unidos, ya que este apenas llega a los 11 millones de pesos, cuando gran parte de su actividad la debería realizar en la Unión Americana.

Las razones esgrimidas por los empresarios para oponerse a dicho aumento son que va a favorecer la economía informal, que no paga impuestos; reducirá la inversión formal; reducirá la creación de puestos de trabajo, contradictoriamente reducirá la recaudación. No es casual que el reporte que se tiene del incremento del comercio informal en Oaxaca sea del 72.4 por ciento, lo que implica un aumento comparado al tercer trimestre del 2014 del año pasado.

Los representantes de la iniciativa privada que se reunión inútilmente con los legisladores fueron entre otros: el presidente del Consejo Mexicano de Comercio e Inversión (COMCE– Oaxaca), José Luis Calvo Ziga; el dirigente estatal de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA), Jesús Rodríguez Socorro; el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Orlando Hernández Montes; y el presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño (Canacope), Salvador López López.

También, el secretario del Centro Patronal Coparmex, Gerardo Pascual Cervantes; el presidente de la Cámara Nacional de Comercio en Oaxaca, Jaime Zorrilla, el presidente Estatal de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados, Onésimo Bravo; el presidente de Empresarios y Ejecutivos de Oaxaca, Carlos Luis Valle; el presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de Oaxaca, Juan Carlos Rivera y la presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias, Rosa María Martínez Labastida.

Tan se podría crecer si no tuviéramos esta casta de gobernantes fallidos. Está el ejemplo de Tlaxcala que alcanzó un crecimiento del 6.2 por ciento, seguramente Zorrilla de San Martín Diego dirá que esa entidad no es nada, por eso crece.

@MiguelAschulz